Más allá de los discursos hermosos y de las grandes declaraciones, ¿puede la visita del Papa León XIV cambiar algo la situación del Líbano? Apenas terminó el interludio mágico de su histórica visita, dicha pregunta estaba ya en la mente de todos. Y también … resurgió la otra cuestión que todos se hacían antes de la visita del Papa: ¿habrá guerra? Parte de la respuesta llegó en cuanto el Pontífice se fue.
Primero, en el cielo de Beirut: los drones que habían transmitido imágenes del evento durante tres días dieron paso a un avión de vigilancia israelí, cuyo ruido resonó de nuevo. Y los bombardeos en el sur del país se reanudaron con bastante violencia.
¿Ha quedado ya enterrada la última declaración del Papa: «Las armas matan, las negociaciones construyen»? No totalmente. Porque, a pesar de todo, algo ha cambiado: se ha roto un tabú.
Tras la visita de León XIV, el presidente libanés, Joseph Aoun, puso las bases para las conversaciones con Israel. Eso era algo impensable hace apenas unas semanas, pues la mera idea de negociar con este país vecino, considerado el enemigo supremo, era un crimen imperdonable.
Por supuesto, esto no equivale a un tratado de paz, pero el simple hecho de plantear la posibilidad supone un avance significativo. No nos equivoquemos: esto no producirá resultados inmediatos. Pero debemos interpretar las señales y ver en este movimiento los cambios que se avecinan en Oriente Próximo.
Esta declaración del presidente libanés se vio reforzada por el nombramiento del exembajador en Washington, Simon Karam, como representante civil para negociar con Israel. El 3 de diciembre tuvo lugar la primera reunión entre el Líbano e Israel –la primera en décadas– organizada por las fuerzas de Naciones Unidas para el Líbano (Finul) en Naqoura, en el marco del mecanismo de vigilancia del alto el fuego establecido hace un poco más de un año, y en presencia de la enviada estadounidense, Morgan Ortagus.
El cambio del diálogo militar al político –plasmado en la presencia de interlocutores civiles– marca un hito histórico en la política libanesa, impulsado por la audaz decisión del presidente Aoun.
Por primera vez, el Líbano ha manifestado abiertamente su disposición a abordar cuestiones políticas y de seguridad con Israel
Por primera vez, el Líbano ha manifestado abiertamente su disposición a abordar cuestiones políticas y de seguridad con Israel, y no solo cuestiones técnicas. Los israelíes afirman estar discutiendo también la dimensión económica, algo que la parte libanesa niega oficialmente por el momento.
Según fuentes diplomáticas, esta decisión busca reducir el riesgo de guerra, debilitar el monopolio de Hizbolá y alinear al Líbano con los acontecimientos regionales. En particular, con los Acuerdos de Abraham, aunque el Líbano no está en condiciones de firmarlos próximamente, a diferencia de otros países árabes.
Todo esto ocurre en un contexto tenso, a pesar del alto el fuego vigente desde el 27 de noviembre de 2024. Israel acusa a Hizbolá no solo de negarse a entregar sus armas, sino también de reconstruir su arsenal. Por su parte, la milicia chií denuncia las violaciones continuas cometidas por el Estado hebreo en territorio libanés.
En su visita al Líbano a finales de noviembre, la comitiva del Papa pasó por barrios de Beirut donde aún se aprecian los daños en los edificios por la guerra de Israel contra Hizbolá
AFP
Si bien estas violaciones son reales y han sido señaladas regularmente por la Finul y las autoridades libanesas, es la actitud de Hizbolá la que podría provocar la escalada que muchos temen.
En la primera reunión de gabinete de diciembre, que tuvo lugar el día 4, y como es habitual, el jefe del Ejército, el general Rodolfe Haykal, presentó su informe sobre el desarme del partido chií, afirmando que la primera fase debería completarse según lo previsto, es decir, antes del 31 de diciembre. Sin duda, el Ejército está decidido a llevar esta misión hasta el final para eliminar cualquier pretexto de Israel para intervenir militarmente y a gran escala. Pero ¿tiene los medios para hacerlo, dado que también ha invitado a cualquier país dispuesto a colaborar en esta tarea?
Segunda fase
En su intervención, una frase llamó la atención y dio pie a la especulación. Según una fuente ministerial, «el general declaró que, si la ocupación israelí continúa, probablemente será difícil avanzar a la segunda fase del plan, que incluye la región entre los ríos Litani y Awali». Y es que, en noviembre, el general Haykal había hecho una discreta alusión a una posible «suspensión» del plan.
Al día siguiente, Hizbolá finalmente rompió su silencio tras el nombramiento de Simon Karam para encabezar la comisión encargada de supervisar la comisión que vigila el alto el fuego con Israel.
El secretario general de la milicia chií afín a Irán, Naim Qassem, declaró que el Estado libanés había otorgado a Israel «concesiones que no dan resultados». Al mismo tiempo que declaraba su apoyo a la estrategia diplomática del Gobierno libanés para poner fin a los ataques aéreos, reafirmó que el partido se negaba a entregar las armas y estaba «dispuesto a los mayores sacrificios».
En su visita a Beirut, el Papa León XIV regó un olivo en el acto por la paz que celebró junto a los líderes religiosos del Líbano
AFP
Hablando bajo condición de anonimato, un exresponsable del Grupo Gamma ofreció su análisis y no ocultó su preocupación. El Grupo Gamma fue el gabinete en la sombra establecido durante la guerra civil (1975-90) por Bachir Gemayel, líder de la resistencia libanesa y quien resultó elegido presidente del país en 1982, pero fue asesinado antes de asumir el cargo.
«El nombramiento de Simon Karam es una forma de que los estadounidenses vuelvan al juego, porque los libaneses se han dado cuenta de que jugar sin ellos es imposible. Como exembajador en Washington, los conoce, así que es una señal positiva en su dirección. Tras este nombramiento, Hizbolá reaccionó expresando su desacuerdo. Si persisten, esto solo puede desencadenar algo complejo en cuanto al desarme. Lo veremos en los próximos días y semanas. Si Hizbolá no da un paso hacia el desarme y la paz, no veo que se pueda evitar otra guerra», detalla el exresponsable del Grupo Gamma.
La contienda parece, pues, inevitable, incluso cuando el bando pacifista parece estar avanzando. A tenor del antiguo miembro del Grupo Gamma, «hay un acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, uno de los pocos países que aún no ha firmado los Acuerdos de Abraham. Riad quiere ser el último en hacerlo. Por su parte, el Líbano quiere que Arabia Saudí firme antes que él. Pero, al final, ya sean los Acuerdos de Abraham u otro pacto con Israel, algo ocurrirá. El proceso ya está en marcha y, mientras Trump siga en la Casa Blanca, continuará en esa dirección. Incluso Al Jolani (el líder sirio que ahora se hace llamar Al Sharaa y cuyo nombre de guerra hace referencia a los Altos del Golán) está cambiando».
Según su análisis, «Al Sharaa se está convirtiendo en un hombre de negocios: está con el enviado estadounidense de origen libanés, Tom Barrack, quien es el embajador de Estados Unidos en Turquía. Pero, ¿quién creó a Jolani? Los turcos. Así que incluso Jolani está siguiendo ese camino. Está claro que se está produciendo un cambio importante en la región».
La prensa israelí ha publicado numerosos artículos sobre la posible inminencia de una nueva campaña militar israelí contra Hizbolá en el Líbano
Pero esto no significa que la paz esté a la vuelta de la esquina. Durante varias semanas, la prensa israelí ha publicado numerosos artículos sobre la posible inminencia de una nueva campaña militar israelí contra Hizbolá en el Líbano.
Una fuente diplomática europea confesó: «Desde el principio de esta crisis, hemos procurado mantener el diálogo con cada una de las partes implicadas. Y les hemos advertido sobre la mentalidad de sus homólogos. Llevamos mucho tiempo advirtiendo de la determinación de Netanyahu. Temo que, una vez más, nuestras advertencias caigan en saco roto».
Antes de su viaje a Beirut, León XIV recibió al presidente del Líbano, Joseph Aoun, en el Vaticano en junio
VATICAN NEWS
Consciente de este riesgo grave, real e inevitable, el embajador estadounidense en el Líbano, Michel Issa, ha introducido un nuevo concepto hablando de «contener las armas de Hizbolá», dado que todos saben que será imposible para el Ejército libanés desarmar a la milicia chií antes del 31 de diciembre. Según fuentes diplomáticas, se le ha aconsejado al Ejército libanés que no declare a finales de diciembre que ha cumplido su misión, sino que solicite una prórroga del plazo.
Parece ser que el jefe del Ejército, Rodolphe Haykal, sigue este consejo, puesto que ya ha presentado los progresos en el objetivo de desarme de Hizbolá. Lo hizo el 18 de diciembre, en una reunión en París al final de la cual se anunció una conferencia internacional para ayudar al Ejercito libanés el próximo mes de febrero. De su lado, Michel Issa sigue diciendo que la paz es posible entre el Líbano e Israel.