Europa acelera para perseguir la pedofilia escaneando mensajes de WhatsApp
Con Dinamarca al frente de la presidencia durante los próximos seis meses, la Unión Europea pisa el acelerador para limitar el poder de las grandes tecnológicas y, sobre todo, para proteger a los niños y adolescentes en el entorno digital. El Gobierno danés, que … estrenó la presidencia esta misma semana, ha situado entre sus prioridades el desarrollo de una ambiciosa agenda legislativa que podría cambiar la forma en que los europeos, y especialmente los más jóvenes, interactúan con la tecnología.
«La protección de niños y jóvenes frente a contenidos nocivos en línea, algoritmos adictivos y la recolección masiva de sus datos ocupa un lugar destacado en nuestra agenda», subraya el programa de la presidencia danesa. Algo que, en la práctica, abre la puerta a exigir rediseños de producto para eliminar funciones adictivas y a imponer sistemas de verificación de edad mucho más estrictos.
En paralelo, la UE también buscará avanzar en la regulación de la inteligencia artificial, con especial atención al respeto de los derechos de autor. Estas son las claves de la nueva ofensiva europea.
Escaneo de mensajes para buscar pedófilos
Este otoño, la Unión Europea tomará una decisión, probablemente final, sobre una de sus leyes más polémicas y divisivas. Sobre la mesa está la obligación de que plataformas masivas como WhatsApp, Instagram, Google o TikTok realicen escaneos de las conversaciones privadas de sus usuarios en busca de material pedófilo; eso sí, siempre con autorización judicial. El objetivo es atajar una lacra que, según datos del Consejo de Europa, afecta a uno de cada cinco niños en la UE.
La propuesta, que ya recibió luz verde del Parlamento en 2023, lleva casi dos años estancada por la férrea oposición de miembros clave como Alemania o Países Bajos. Algunos estados temen que, con la excusa de proteger a los menores, se abra la puerta a una vigilancia masiva y se destruya el principio del cifrado de extremo a extremo, pilar de la comunicación segura en internet y que imposibilita que los mensajes que día tras día se mandan a través de algunas ‘apps’, como WhatsApp, sean visibles para nadie ajeno a la conversación, tampoco para la empresa propietaria del servicio.
La presidencia danesa de la UE está decidida a desencallar la situación y forzar un acuerdo. La fecha marcada en rojo en el calendario es el próximo 14 de octubre, día en que se reanudará un debate que determinará el futuro de la privacidad en Europa.
Bloqueo a los menores en redes sociales
Europa se enfrenta a un reto mayúsculo: ¿cómo verificar la edad real de un usuario en internet para evitar que los menores entren en sitios inapropiados? Encontrar una respuesta es la clave para que la propuesta de Dinamarca, España, Francia, Italia y otros seis países pueda salir adelante. El objetivo es claro: imponer una edad mínima, posiblemente los 15 años, para el uso de redes sociales y forzar a las plataformas a que lo cumplan.
La idea no solo cuenta con respaldo político. Fuentes de Meta señalaban el pasado viernes a ABC que la tecnológica, dueña de Instagram o Facebook, es favorable al establecimiento de una mayoría de edad digital común en todos los estados miembros de la UE. A la hora de establecerla, la tecnológica considera que es fundamental tener en cuenta la autorización parental a la descarga de cualquier ‘app’, establecer normas coherentes y de obligado cumplimiento para todas las plataformas y encontrar una forma «sólida» de verificar la edad.
La UE deberá primero crear un marco legal y técnico para un mecanismo de verificación; algo en lo que los estados miembro llevan tiempo tabajando. Esta herramienta podría acabar siendo necesaria no solo en TikTok o Instagram, sino en cualquier rincón de la red considerado no apto para menores.
Cerco a la pornografía y las apuestas
La Unión Europea ha puesto en marcha la maquinaria para crear una barrera digital que impida el acceso de los menores a contenido sensible. Para ello, la Comisión Europea ha lanzado un proyecto piloto liderado por cinco países –España, Francia, Italia, Grecia y Dinamarca– cuyo objetivo es diseñar una solución tecnológica de verificación de edad que será de aplicación obligatoria para determinados sitios y ‘apps’.
Aunque el foco inicial está en vetar el acceso a páginas de pornografía y apuestas, el sistema estaría pensado para ser universal. En la práctica, esto significa que, en un futuro próximo, cualquier ciudadano europeo podría tener que confirmar su mayoría de edad para entrar en cualquier espacio de la red calificado para adultos.
Esta misma tecnología es la que podría servir de base para implementar los límites de edad que también se debaten para las redes sociales, creando un ecosistema digital más restrictivo y, según esperan desde Bruselas, seguro para los menores.
Ley de IA y derechos de autor
El 2 de agosto entrarán en vigor nuevas partes de la Ley de IA que afectarán de lleno a plataformas de inteligencia artificial generativa, que tendrán que comenzar a cumplir ciertos criterios de transparencia y buenas prácticas para poder operar. Pese a las peticiones de última hora por parte de grandes corporaciones, e incluso de Estados miembro, para una moratoria de dos años, Bruselas ha optado por mantener el calendario.
Sin embargo, esta primera fase arranca con un vacío importante. El crucial Código de Prácticas, un manual diseñado por la nueva Oficina de IA de la UE para ayudar a las miles de empresas a cumplir la norma, sigue sin estar disponible. Debía estar listo en mayo, pero ahora no se espera hasta finales de año, dejando a muchas compañías sin una guía clara sobre cómo adaptarse a la nueva realidad.
En este contexto, la presidencia danesa se ha comprometido a ir un paso más allá. Por un lado, busca impulsar una regulación que garantice que las herramientas de IA generativa, como ChatGPT, respeten los derechos de autor y aseguren una compensación justa a los creadores cuyo trabajo se usa para entrenar los modelos. Por otro, el país planea crear una ley nacional pionera a nivel europeo para catalogar los ‘deepfakes’ no consentidos como violencia digital, otorgando a sus ciudadanos el derecho explícito a exigir la retirada de cualquier contenido falso creado con su rostro, voz o cuerpo. No sería extraño que otros países del entorno tomen medidas similares próximamente.