Este miércoles está siendo otro día de esperanza, de expectativas y de decepciones. En esta ocasión en un orden distinto al día anterior. Hoy nos levantábamos en Oslo con la noticia que confirmaba que María Corina Machado no recogería el premio Nobel de la Paz en el Ayuntamiento … . Le había sido imposible llegar a la ciudad… a tiempo. Horas después, cuando accedíamos al edificio recibíamos otro mensaje que aseguraba que la galardonada sí llegaría, pero no a la ceremonia. Y minutos después del Instituto Nobel distribuía la conversación que había mantenido con Machado.
En ella, la líder opositora confirmaba que llegaría, pero lamentaba que no poder hacerlo a tiempo. «Estoy muy feliz y muy feliz de decir que no llegaré en el momento de la ceremonia, pero iré a Oslo y estoy en camino a Oslo ahora», decía en una llamada con la organización, montada literalmente en un avión que partía inmediatamente hacia Oslo.
La ceremonia, que ha durado aproximadamente hora y media, ha contado con un millar de invitados, entre ellos, los presidentes de Panamá, Ecuador y Argentina, que fueron casi de los últimos en llegar. Junto a ellos también estuvo el presidente electo de Venezuela, Edmundo González.
La ceremonia ha estado marcada por la emoción, sobre todo tras confirmarse que María Corina sí vendría a Oslo después de una horas agónicas, de confirmaciones y desmentidos. Los últimos en entrar fueron los miembros de la familia real noruega. Sentados en el centro. Mientras que en la familia estaba la familia de la galardonada.
Tras la actuación musical del cantante venezolano, Danny Ocean, comenzaron los discursos, bastante combativo y sin ambages, el del Comité que concede el Nobel de la Paz, para sorpresa de algunos.
«Mientras estamos aquí sentados en el Ayuntamiento de Oslo, hay personas inocentes encerradas en celdas oscuras en Venezuela. No pueden oír los discursos de hoy, solo los gritos de los presos que están siendo torturados. Así es como los poderes autoritarios intentan aplastar a quienes se alzan en defensa de la democracia. Las Naciones Unidas han declarado que estos actos constituyen crímenes de lesa humanidad. Este es el régimen de Nicolás Maduro», ha dicho este miércoles Jorgen Watne Frydnes, presidente del Comité noruego del Nobel, en su discurso durante la ceremonia de entrega del Nobel de la Paz a María Corina Machado, ausente.
La líder opositora no ha podido finalmente asistir a la ceremonia a recoger el galardón ante el acoso y persecución del régimen de Maduro, que amenazó con declararla «prófuga» si salía de Venezuela, al tener varias causas abiertas por la fiscalía chavista. Una persecución que ha obligado a Machado a vivir en la clandestinidad desde hace más de un año. Y que le ha impedido estar en esta ceremonia.
Tras referirse a varios casos de disidentes encarcelados por el régimen, así como de civiles de a pie, no vinculados con la política, el presidente del comité se ha referido al régimen de Maduro: «Venezuela se ha convertido en un Estado brutal y autoritario sumido en una profunda crisis humanitaria y económica. Mientras tanto, una pequeña élite en la cúspide, protegida por el poder, las armas y la impunidad, se enriquece».
También ha mencionado la enorme diáspora de venezolanos, de más de ocho millones: «Una cuarta parte de la población ya ha huido del país, lo que supone una de las mayores crisis de refugiados del mundo», ha señalado. «Quienes se quedan viven bajo un régimen que silencia, acosa y ataca sistemáticamente a la oposición».
Jorgen Watne Frydnes se ha hecho eco en su discurso de la controversia que suscita esta lucha por la democracia, algo que también se apreció en las reacciones a la concesión del premio a Machado, bien recibido por muchos y cuestionado por otros. Lo que ha provocado incluso que la habitual Marcha de las Antorchas, prevista para esta tarde, sea organizada por la Alianza Noruega por la Justicia, y no por el Consejo Noruego de la Paz, que lo realiza cada año –en 2012 rechazó hacerla cuando le fue concedido el premio a la UE–. En esta ocasión ha alegado discrepancias con la concesión a Machado por su retórica y su apoyo a Trump.
«Si solo apoyas a quienes comparten tus opiniones políticas, no has entendido ni la libertad ni la democracia», ha dicho el presidente del Comité. «Es fácil aferrarse a los principios cuando lo que está en juego es la libertad de otros».
No ha querido dejar de lado la construcción de narrativas interesadas para cuestionar a la oposición: «Como ciudadanos en una democracia tenemos el deber de ser críticos con nuestras fuentes de información. Deben saltar las alarmas cuando las opiniones que expresamos sean idénticas a las difundidas por uno de los sistemas de desinformación más manipuladores del mundo. Porque, en ese caso, no solo estamos difundiendo información, sino la propaganda estratégica de un dictador».
«Incansable labor»
Antes de glosar la trayectoria de María Corina Machado, el presidente del Comité señaló los motivos que llevaron a que le fuera otorgado este galardón: «Recibe el premio Nobel de la Paz de 2025 por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo de Venezuela y por su lucha para lograr una transición pacífica y justa de la dictadura a la democracia».
Y ha querido destacar el principal instrumento que la líder opositora ha utilizado durante años para lograr la paz y la democracia en su país, el diálogo. «Machado ha solicitado atención, apoyo y presión internacionales, no una invasión de Venezuela. Ha exhortado a la población a defender sus derechos por medios pacíficos y democráticos».
«El movimiento democrático de Venezuela se ha opuesto a la militarización de la sociedad impulsada por el régimen»
Jorgen Watne Frydnes
Presidente del Comité noruego del Nobel
«Como líder del movimiento democrático en Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en la historia reciente de América Latina», ha elogiado.
Según el Comité, el Nobel de la Paz de este año cumple con los tres criterios establecidos en el testamento de Alfred Nobel: «La oposición venezolana ha logrado unir movimientos políticos, organizaciones de la sociedad civil y ciudadanos comunes con un objetivo común: el restablecimiento de la democracia»; «el movimiento democrático de Venezuela se ha opuesto a la militarización de la sociedad impulsada por el régimen», y, por último, «la verdadera fraternidad o hermandad –la que Alfred Nobel imaginó– requiere de la democracia. Solo cuando las personas pueden elegir a sus líderes y expresarse sin temor puede arraigar la paz, ya sea dentro de una sociedad o entre países. La democracia constituye la forma más elevada de fraternidad y el camino más seguro hacia una paz duradera».
«María Corina Machado ha encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar»
Jorgen Watne Frydnes
Presidente del Comité noruego del Nobel
Para terminar, el presidente del Comité ha exhortado a Maduro a «aceptar los resultados electorales y renunciar a su cargo. Debe sentar las bases para una transición pacífica hacia la democracia. Porque esa es la voluntad del pueblo venezolano. María Corina Machado y la oposición venezolana han encendido una llama que ninguna tortura, ninguna mentira y ningún miedo podrán apagar».
Y lo ha cerrado dirigiéndose a una ausente María Corina Machado: «Rendimos también homenaje a todos quienes esperan en la oscuridad. A todos quienes han sido detenidos y torturados, o han desaparecido. A todos quienes siguen manteniendo la esperanza».
A continuación, recogió el premio la hija de María Corina, Ana Corina, que ya ha tenido que ejercer este papel de representante demasiadas veces por la ausencia de su madre. Ya le tocó recoger en nombre de su madre el premio Sájarov, que concede el Parlamento Europeo, y con el que también fue galardonada, junto a Edmundo González en 2024.
«María Corina cumple promesas»
Tras la actuación musical de la artista folk noruega Vera Sonne, la hija de Machado, Ana Corina Sosa, recibió entre aplausos el galardón en representación de su madre. Y a continuación, antes de comenzar con el discurso previsto, hizo mención a la llegada de Maria Corina a Oslo. Muy emocionada, afirmó: ‘Mi madre nunca incumple sus promesas. En unas horas la podremos abrazar después de 16 meses».
Ana Corina comenzó su discurso perfilando la historia de Venezuela, desde su pasado rico y democrático, hasta la llegada del chavismo. «Desde 1999, el régimen se dedicó a desmantelar nuestra democracia: violó la Constitución, falsificó nuestra historia, corrompió a las Fuerzas Armadas, purgó a los jueces independientes, censuró a la prensa, manipuló las elecciones, persiguió la disidencia y devastó nuestra biodiversidad», ha señalado. «La riqueza petrolera no se usó para liberar, sino para someter. Se repartieron lavadoras y neveras en televisión nacional a familias que vivían sobre pisos de tierra, no como símbolo de progreso, sino como espectáculo. Apartamentos destinados a la vivienda social se entregaban a unos pocos como recompensa condicionada a la obediencia».
«La riqueza petrolera no se usó para liberar, sino para someter»
Ana Corina Sosa
Hija de María Corina Machado
Y entonces, «llegó la ruina: una corrupción obscena, un saqueo histórico. Durante los años del régimen, Venezuela recibió más ingresos petroleros que en todo el siglo anterior. Nos lo arrebataron todo», ha subrayado.
Pero lo peor de todo, en opinión de Machado, en palabras de su hija, «fue el método calculado para quebrarnos por dentro. El régimen se propuso dividirnos: por nuestras ideas, por raza, por origen, por la forma de vida. Quisieron que los venezolanos desconfiáramos unos de otros, que nos calláramos, que nos viéramos como enemigos. Nos asfixiaron, nos encarcelaron, nos mataron, nos empujaron al exilio». Ella misma, Ana Corina, y todos sus hermanos, y su abuela, viven fuera de Venezuela. La entrega del Nobel era un motivo para el reencuentro familiar.
Un éxodo que sin embargo funcionó en sentido contrario: «La migración forzada, que buscaba fracturarnos, terminó uniéndonos en torno a un propósito sagrado: reunir a nuestras familias en nuestra tierra». Millones de venezolanos se sienten unidos por Machado y han celebrado este galardón que vuelve a poner su causa en la agenda internacional.
Y se refirió a su campaña, pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, en la que la gente se le acercaba porque veían en ella la solución para el regreso de sus hijos.
Fraude electoral
También tuvo palabras para el hombre que aceptó asumir la antorcha electoral, tras ser Machado inhabilitada nuevamente por el Supremo. «Edmundo González Urrutia, un diplomático sereno y valiente, dio un paso al frente. El régimen creyó que no representaba una amenaza. Subestimaron la determinación de millones de ciudadanos».
Y el fraude electoral, que la oposición intentó frenar recopilando las actas que certificaran la victoria de González Urrutia por el 67% de los votos y que hoy están depositadas en Panamá: «La dictadura respondió aplicando el terror. 2.500 personas fueron secuestradas, desaparecidas o torturadas. Marcaron sus casas, tomaron a familias enteras como rehenes».
Esperando a María Corina
La madre de la premiada, Corina Parisca, así como numerosos venezolanos dentro y fuera del salón, siguieron con emoción la ceremonia, a la que asistieron los Príncipes Haakon y Mette-Marit
Afp / Reuters
Desde entonces, han transcurrido 16 meses, que Machado ha vivido en la clandestinidad, desde la «que hemos construido nuevas redes de presión cívica y de desobediencia disciplinada, preparándonos para una transición ordenada hacia la democracia».
En cuanto al Nobel de la Paz, aseguró que este premio tiene un significado profundo: «Le recuerda al mundo que la democracia es esencial para la paz. Y lo más importante, el principal aprendizaje que los venezolanos podemos compartir con el mundo es la lección forjada a través de este largo y difícil camino: si queremos tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad».
«Venezuela volverá a respirar. Abriremos las puertas de las cárceles y veremos salir el sol a miles de inocentes que fueron encarcelados injustamente»
Ana Corina Sosa
Hija de la premiada
Machado, a pesar del difícil camino hacia la libertad, se mostró convencida de lograrlo: «Venezuela volverá a respirar. Abriremos las puertas de las cárceles y veremos salir el sol a miles de inocentes que fueron encarcelados injustamente, abrazados al fin por quienes nunca dejaron de luchar por ellos. Veremos a las abuelas sentar a sus nietos en sus piernas para contarles historias, no de héroes lejanos, sino del valor de sus propios padres. Veremos a nuestros estudiantes debatir con pasión, sin miedo, con sus voces al fin libres. Volveremos a abrazarnos, a enamorarnos, a oír nuestras calles llenas de risas y de música».
No quiso olvidar a aquellos que no han callado ante la dictadura: «A nuestros presos políticos, a los perseguidos, a sus familias y a todos los que defienden los derechos humanos. A quienes nos protegieron, nos alimentaron y lo arriesgaron todo por cuidarnos. A los periodistas que se negaron a callar. A los artistas que llevaron nuestra voz al mundo. A mi equipo…».
Ana Corina concluyó el discurso enviado por su madre recordando «a los millones de venezolanos anónimos que arriesgaron sus hogares, sus familias y sus vidas por amor. Ese mismo amor del que nace la paz, el que nos sostuvo cuando todo parecía perdido y que hoy nos une y nos guía hacia la libertad».
El acto finalizó con la interpretación de la pianista Gabriela Montero que horas antes de la ceremonia desveló lo que iba a interpretar: «Voy hacer una improvisación sobre una de las obras del cantante Simón Díaz, favoritas de María Corina Machado, que es ‘Mi querencia’, una composición que habla sobre regresar a la patria», detalló la artista venezolana que también vive fuera de Venezuela y ha sido muy crítica con el régimen. Ahora, tras la ceremonia de entrega, solo queda esperar que María Corina llegue a la capital noruega a recogerlo, y sobre todo, a poder abrazar a los suyos.