Hugo Carvajal, antiguo jefe de la Inteligencia militar venezolana preso en Estados Unidos, ha detallado este miércoles por escrito la dimensión completa del entramado criminal en el que admite haber participado durante dos décadas. El documento, recibido hace unos momentos por el presidente … Donald Trump y ahora puesto en conocimiento de ABC, constituye la confesión más extensa y directa hasta la fecha de un ex alto mando del chavismo. En él describe cómo el llamado cártel de los Soles, dirigido por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y otros responsables del régimen, funcionaba como una corporación transnacional dedicada no solo al narcotráfico, sino también a la infiltración política en Estados Unidos y otros países, y a la cooperación con servicios de Inteligencia extranjeros, incluidos los de EE.UU.
Según fuentes vinculadas al caso, Carvajal se ha ofrecido a entregar al Departamento de Justicia todo lo que sabe sobre redes de corrupción relacionadas con «altos exfuncionarios del Gobierno español», lo que puede llegar de forma inminente a la Fiscalía norteamericana. Como exdirector de la Inteligencia militar venezolana, Carvajal asegura disponer de información detallada sobre operaciones internas del Estado y sobre la captación de colaboradores extranjeros por parte de la dictadura. Su entorno sostiene que ha puesto ese material a disposición de las autoridades estadounidenses como parte de su estrategia de cooperación, lo que podría abrir un caso derivado.
En su escrito, que ABC publica también íntegro, Carvajal relata que el régimen venezolano colaboró durante años con Rusia y Cuba para espiar a Estados Unidos. Afirma que agentes rusos propusieron intervenir cables submarinos que conectan el continente con EE.UU., mientras que Cuba dirigía redes de espionaje infiltradas en bases navales de la costa este. Asegura que, durante dos décadas, el régimen envió espías a territorio estadounidense, algunos de ellos camuflados como opositores, y que incluso diplomáticos y funcionarios norteamericanos habrían facilitado la permanencia de Chávez y Maduro en el poder.
«Por veinte años, el régimen venezolano envió espías a su país; muchos siguen ahí, algunos disfrazados de miembros de la oposición. La inteligencia cubana me mostró sus redes dentro de sus bases navales en la costa este. Presumían de haber enviado miles de espías durante décadas, algunos hoy convertidos en políticos», afirma Carvajal en su carta. Así, apunta a la posibilidad de revelar la identidad de agentes infiltrados, o políticos a sueldo del régimen venezolano, plantados desde hace años en EE.UU. y otros países.
Carvajal se ha ofrecido a entregar al Departamento de Justicia todo lo que sabe sobre redes de corrupción relacionadas con «altos exfuncionarios del Gobierno español»
ABC ha visto parte de la documentación que Carvajal y quienes le han asesorado ponen a disposición de la Casa Blanca, además de notas manuscritas del preso, que ahora espera sentencia tras declararse culpable.
Acuerdos con Rusia, China y Cuba
El general venezolano sostiene además que ese aparato criminal movió toneladas de droga hacia EE.UU. mediante rutas diseñadas para inundar ciudades norteamericanas. Señala que mantenía acuerdos operativos con Rusia, China y Cuba, y que el régimen permitió la presencia de técnicos y agentes extranjeros para penetrar comunicaciones y obtener información sensible. Añade que Venezuela atacó a EE.UU. mediante emisarios encubiertos, fondos procedentes del narcotráfico y sistemas de inteligencia adquiridos con apoyo de terceros países, y que parte de esos operativos sigue activa.
Su declaración de culpabilidad, en junio de este año, supuso asumir responsabilidad por todos los delitos cometidos, algo que en su entorno interpretan como la aceptación de que iba a pasar el resto de su vida en prisión. Carvajal sostiene que su objetivo, en esta fase, es revelar en su totalidad cómo funcionaba el aparato criminal del que formó parte.
Pese a ello, aún no ha sido entrevistado por el Departamento de Justicia ni por los servicios de Inteligencia estadounidenses. Cuando se produzca, su comparecencia será clave para determinar el alcance real de las operaciones que denuncia.
En paralelo, el proceso judicial avanza. La última novedad del caso es un nuevo aplazamiento de su audiencia en Nueva York. El juez Alvin K. Hellerstein aceptó una petición de la Fiscalía, respaldada por la defensa, y fijó una nueva fecha para el 23 de febrero de 2026. Ese día se revisarán pruebas, implicados y testigos con el fin de establecer los factores que influirán en la sentencia.
Extaditado desde España
Carvajal fue extraditado desde España en 2022 y se enfrenta a cargos por narcotráfico y por conspirar con las milicias colombianas de las FARC y estructuras del Estado venezolano para introducir toneladas de cocaína en territorio estadounidense. Su caso se enmarca en la presión creciente de Washington, que ha designado al Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, tras haber sido imputados sus integrantes, entre ellos el propio Maduro, en 2020.
En el ámbito electoral, Carvajal dedica un apartado a Smartmatic, empresa tecnológica fundada por venezolanos y contratada en procesos electorales de varios países. Sostiene que nació como herramienta del chavismo para asegurar el control del poder y que el sistema «podía ser alterado».
Afirma que la tecnología fue exportada al extranjero, incluido Estados Unidos, y que operativos del régimen mantuvieron contacto con funcionarios y compañías vinculadas a máquinas de votación. Trump ya denunció en 2020 que una empresa surgida bajo Chávez estuvo implicada en un supuesto fraude electoral en aquellas elecciones. «El sistema Smartmatic puede ser alterado; esto es un hecho. Esa tecnología fue luego exportada al extranjero, incluido Estados Unidos», escribe Carvajal. Se usa, de hecho, en abundantes elecciones, como las de Honduras el domingo.
El general sostiene finalmente que el régimen al que sirvió «no es simplemente hostil». Dice: «Está en guerra con ustedes, usando drogas, bandas criminales, espionaje e incluso sus propios procesos democráticos como armas». La afirmación llega en un momento de tensión creciente en el Caribe, donde la Casa Blanca ha reforzado su despliegue militar con el movimiento del portaaviones Gerald R. Ford, el mayor del mundo. Trump estudia ataques dentro de Venezuela, según ha admitido. El martes dijo que está convencido de que Maduro dejará el poder.
Según fuentes oficiales, en una veintena de operaciones contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico y a redes asociadas al aparato de seguridad venezolano, fuerzas estadounidenses han matado a unas 80 personas. Estas acciones forman parte de la estrategia que impulsa Trump y que, en la lectura del Gobierno, busca contener una amenaza que ya no se interpreta como un problema criminal o fronterizo, sino como una ofensiva coordinada desde un Estado que, según el relato de Carvajal, lleva años operando con la intención de vulnerar la seguridad estadounidense.