Publicado: septiembre 22, 2019, 7:30 pm
“Dado que la aversión al riesgo se mantendrá relativamente elevada, esperamos que los agentes del mercado continúen favoreciendo las divisas que sean menos sensibles a los factores externos, o que tengan unos fundamentos domésticos fuertes para compensar la volatilidad generada a nivel externo”, dijo a Reuters Andrés Abadía, economista de Phanteon Macroeconomics, en Londres.
De hecho, el dólar abre la semana nuevamente por encima de $3.400: el pasado viernes registró un precio promedio de $3.402,36, un mínimo de $3.385 y un cierre de $3.416,40. De esta forma, el peso registró una depreciación semanal de 1,56% y diaria de 0,93% frente a la divisa americana.
La semana pasada se caracterizó por presentar una baja volatilidad y bajos volúmenes de negociación, aunque en la jornada del viernes recuperó dinamismo y en total se negociaron US$1.028 millones en 1.697 transacciones, según la Bolsa de Valores de Colombia.
En su última reunión de la semana pasada, la Fed recortó su principal tipo de interés 0,25%, a un rango entre 1,75% y 2%, en línea con lo esperado. A pesar de ello, para los mercados el comunicado ofreció señales contrapuestas sobre cuál puede ser el curso de la política monetaria en los próximos meses.
“En general, la situación externa, es decir, la guerra comercial global y temas geopolíticos, particularmente en Medio Oriente, serán los factores que más influyan las divisas latinoamericanas en lo que resta de mes”, agregó el analista ya citado.
Según un análisis del BNP Paribas, un USD fuerte significa precios de productos básicos débiles y dolor para los exportadores de productos básicos.
“Las economías avanzadas se están desacelerando y se enfrentan a una nueva realidad de tasas de interés, por lo que es probable que sus tasas permanezcan bajas por mucho tiempo».
Según un análisis de Bancolombia, hacia adelante el espacio de avance de los mercados emergentes es más limitado, en la la medida en que los inversionistas podrían reaccionar desfavorablemente a que los recortes futuros no se materialicen.
“Además, los factores de incertidumbre y los riesgos de la economía global siguen siendo acentuados. Finalmente, la mayor parte del relajamiento de la política monetaria ya está incorporada en los precios actuales”, agregó.
