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Empresarios en Crecimiento: Descripción del puesto del dueño

La realidad es que, cada vez más, la creación de riqueza de nuestra empresa depende mucho más de nuestro buen desempeño como Dueño que nuestro buen desempeño como director.

Foto: Unsplash (jeshoots)

Publicado: julio 6, 2021, 12:18 pm

Por Carlos A. Dumois

¿Qué es lo que debe hacer el Dueño para tener éxito en sus negocios? ¿Qué es lo relevante de su función?

El Dueño define a qué negocio le va a apostar, a qué producto, a qué mercado, a qué formato comercial, etc. Tiene que estar seguro de que su propuesta de valor y que su oferta de mercado sigue siendo atractiva, poderosa y competitiva. La Generación de Valor es la capacidad de construir ofertas superiores, líderes, que conquistan y que cautivan a los clientes. Una vez que el Dueño está seguro de que cuenta con una fórmula de negocio competitiva y poderosa, entonces busca que se replique varias veces.  

Lo que hace es asegurarse de que su planteamiento en el mercado sigue teniendo futuro y sigue teniendo potencial de crecimiento. Entonces, el Dueño busca cómo orquestar una organización que replique la multiplicación de valor.

Hay empresas que crecen porque hacen que generen más sus unidades de negocio, y hay empresas que crecen en valor porque multiplican sus unidades de negocio. Sin embargo, también nos hemos encontrado empresas que, mientras más crecen, más pierden. Que, en vez de multiplicar, dividen y se autodestruyen.

Es fundamental que el Dueño entienda qué es lo que está ocurriendo en su empresa, en dónde se está generando riqueza y en dónde no. 

¿Qué es lo que hace el Dueño para lograr todo eso? Podríamos decir que ésta es su descripción de puesto: 

El Dueño es el que administra oportunidades y riesgos y toma decisiones de inversión y desinversión al respecto; define el negocio y define el rumbo, a qué le quiere apostar y a qué ya no y de dónde se quiere salir; cuál es su filosofía y cuáles son sus prioridades estratégicas, y cómo logra que se vivan y se apliquen en todos los rincones de su organización; qué hace con los recursos que genera, cuál es su estrategia patrimonial, qué hace cuando hay beneficios, dónde los reinvierte; cómo actualiza su estrategia de Creación de Valor, cómo la adecúa a la realidad cambiante que esta viviendo; cómo crea riqueza en un mercado que se estanca; cuáles son sus relaciones estratégicas y cómo las maneja.

Las relaciones estratégicas no deben ser de los ejecutivos, deben ser de los Dueños. El ejecutivo se va y se lleva las relaciones. El Dueño es el que debe mantener las relaciones estratégicas en la industria, con los clientes, con los proveedores clave, con las instituciones financieras, con las autoridades…, cualquier relación que sea importante para la empresa.

Desde luego que el dueño promueve la renovación incesante, la revitalización y el rejuvenecimiento de todo el quehacer de la empresa.

El Dueño pide cuentas; exige resultados; decide quién manda; elige quién es el director o lo echa cuando ya no está satisfecho con su desempeño, y es el que establece mecanismos de vigilancia, de gobierno, de auditoría y de control, para asegurarse de que lo que está ocurriendo es lo que él quiere que ocurra dentro de la empresa. Es un trabajo intenso… es mucho trabajo.

Ustedes hacen eso, nadie se los ha dicho. En ningún lado está la descripción del puesto de Dueño, pero, seguramente, la Dueñez que ejercen ustedes en su empresa hace todo eso. El problema es que hacen todo eso, y además, hacen la tarea del director, fijan objetivos, diseñan estrategias en cada una de las áreas de la empresa, las convierten en metas operativas, en presupuestos, en programas de acción, y luego se meten a operar, a controlar, etc.

Cuando contrastamos en la realidad de la agenda del Dueño que dirige su negocio, cuánto tiempo le dedica a la Dueñez y cuánto tiempo le dedica a la dirección y a la operación de negocio, ¿quién gana?… Siempre gana la operación. 

Entonces, somos Dueños de pequeños momentos, Dueños marginales, somos Dueños en la periferia de nuestra agenda, porque, en el corazón de nuestra agenda está la operación. 

La realidad es que, cada vez más, la creación de riqueza de nuestra empresa depende mucho más de nuestro buen desempeño como Dueño que nuestro buen desempeño como director. Además, resulta que es posible delegar la tarea de la dirección, y no es posible delegar la tarea de Dueño. Si tú no haces el ejercicio de la Dueñez en tu empresa, ¿quién lo va a hacer? 

c_dumois@cedem.com.mx

Presidente y Socio Fundador de CEDEM.

* “Dueñez®” es una marca registrada.

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