Por Ignacio Hojas
Acaba de pasar por mis manos el más reciente informe 1 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que analiza las proyecciones de crecimiento de los países de esta región, y después de darle una lectura rápida quedé impactado.
Según el análisis de esta organización, la pandemia del COVID-19 llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región, que caerá en un -5,3% en 2020, y desafortunadamente es comparada con la época de la Gran Depresión de 1930 que llegó a un índice del -5%, y también con la de 1914, cuando cayó hasta un -4,9%.
Las proyecciones del estudio también apuntan a un abrumador aumento del desempleo en la región, y, según sus cálculos, para el final de este año dejará a unos 37,7 millones de personas sin un trabajo formal, indicador que por efecto dominó llevará a 29 millones de personas a la situación de pobreza y empujará a 16 millones de latinoamericanos más a la pobreza extrema.
Estas cifras lo dicen todo y nos llevan a pensar en las fórmulas que las empresas, los gobiernos y la misma población tendrán que implementar para superar esta crisis lo más rápido posible. Esto me ayuda a concluir que desde las organizaciones son muchas las medidas que podemos implementar, pero una de ellas es la del ahorro y es por eso que el tema de la economía circular en pro de la sostenibilidad global cobra más significado en un momento histórico como el que estamos viviendo.
La responsabilidad es de todos. Los gobiernos tendrán que adaptar sus normas y usar la educación de manera masiva para concientizar, los consumidores, despertar definitivamente al compromiso del ahorro en cada actividad de la vida diaria, y las empresas, redoblar los esfuerzos en los procesos de industrialización, pensando en el futuro de todos.
Es por eso que los líderes empresariales tenemos la gran responsabilidad de priorizar en nuestras agendas el tema de la economía circular, atado al de la sostenibilidad, no sólo para reducir costos de producción sino para darle una nueva oportunidad al medio ambiente.
En este sentido, debo expresar mi orgullo de pertenecer a una organización que vive de verdad el compromiso de la sostenibilidad y que acaba de presentar su plan global de acciones para cuidar el medio ambiente durante los próximos diez años planteando acciones concretas desde lo micro, como el impulso para sacar a flote una nueva generación de agricultores y pequeños productores comprometidos con la protección y la regeneración de su entorno agrícola.
A los líderes de las empresas colombianas que piensan y actúan de manera circular y sostenible, los felicito, y a todos aquellos que comienzan a reforzar sus estrategias encaminadas a adoptar la economía circular en sus procesos productivos, los animo a no desfallecer en este empeño que, aunque requiere disciplina, constancia y muchos sacrificios, tiene el propósito máximo de aportar en la construcción de un futuro más amable para todos.
1Dimensionar los efectos del COVID-19 para pensar en la reactivación. CEPAL, abril 2020
Presidente de Unilever Middle Americas