Al cierre de julio, los establecimientos de crédito (EC) alcanzaron beneficios acumulados por $4,6 billones, de los cuales el 78,6% correspondió a los bancos, es decir, $3,6 billones.
Los $ 4,6 billones son inferiores en $3 billones (-40%) frente al mismo período de 2019, aunque dicha cifra es superior en $595.600 millones frente a junio.
Las presiones a la baja sobre las utilidades provienen del mayor gasto en provisiones, y es previsible que esta tendencia persista, explicó la Superintendencia Financiera al reportar el balance del sistema financiero en julio.
“El crédito continúa siendo un pilar de la recuperación económica”, explicó.
En efecto, según la entidad de control, en julio el saldo total de la cartera bruta ascendió a $526.2 billones, lo que representa un crecimiento real (es decir, después de la inflación) del 6,5%, una tasa superior a la media de los últimos 5 años (4.19%).
La cartera comercial registró un crecimiento de 8.1%, impulsada por los desembolsos al segmento corporativo.
Consumo y vivienda, aunque a un menor ritmo, continuaron aportando positivamente al total, luego de registrar variaciones reales anuales de 4.7% y 5.7%, respectivamente.
En contraste, la cartera de microcrédito se contrajo levemente, prolongando así la desaceleración observada desde principios de 2018.
De hecho, según la Superintendencia, los desembolsos de recursos se han venido acelerando a medida que se relajó y levantó el confinamiento, al alcanzar en julio
$24.6b.
“Conforme se normaliza la percepción de riesgo sectorial y aumenta el apetito de financiación también se ha venido produciendo un incremento en el monto y número de las solicitudes de crédito”.
En julio se demandaron cerca de 1.2 millones de solicitudes por un monto de 58 billones, de este total un 79% fue aprobado. La tasa de aprobación en las empresas alcanza el 87% y para los hogares es cercana al 45%.
“En este último caso, es de esperar que conforme se recupere el empleo perdido entre marzo y abril, los niveles de aprobación retomen una dinámica ascendente”.
Además: A pesar de las altas tasas de interés, el crédito está ‘disparado’
En cuanto a los periodos de gracia, prórrogas o redefiniciones, que estuvieron habilitados hasta el 31 de julio, los beneficios cubrieron un total de $225 billones de cartera distribuidos entre 11.7 millones de clientes, lo que representa un 42.9% del saldo total y 21.8% del PIB.
Las modalidades destinadas a hogares, como vivienda y consumo, concentraron un 62% y 52.1% del total respectivamente; mientras que los portafolios orientados al sector productivo, es decir, comercial y microcrédito participaron con 32% y 47.7%, en cada caso.