El mundo se encuentra frente a una coyuntura sanitaria, social y económica de gran impacto, debido al COVID-19, lo que genera incertidumbre en las organizaciones, impactando en la operación del negocio. La diferencia entre la influencia positiva o negativa que puede darse en las empresas es la fijación de una estrategia sólida y a largo plazo.
En Colombia es común que las empresas se tengan que enfrentar a diversos escenarios económicos y políticos, los cuales pueden afectar su estabilidad y permanencia en el tiempo, debido a que, en la mayoría de los casos, los altos ejecutivos no están acostumbrados o preparados para afrontar contextos tan cambiantes como los que se viven en la actualidad.
Lo más importante que deben hacer las compañías, es tratar de prever la multiplicidad de escenarios que se puedan presentar ya que la incertidumbre siempre surge y se convierte en algo real y tangible; pero no deben quedarse ahí, puesto que siempre se debe tener un plan a largo plazo que responda a las necesidades particulares del momento.
“Cualquier organización que sea fuerte nunca debería tener una estrategia a corto plazo, esta idealmente no debería depender solo de contextos políticos como elecciones electorales; por el contrario, las empresas deberían tener un plan a largo plazo que responda a los objetivos que se quieren alcanzar», De acuerdo con Steve Ingham, CEO global de PageGroup.
«Lo realmente importante dentro de una organización es tener una estrategia robusta en el tiempo, que permita alcanzar el éxito empresarial. Si esto no es posible debido a la falta de capital para darle soporte al negocio, entonces ni siquiera se debería estar en el mismo”.
Cuando las compañías tienen la posibilidad de aplicar estrategias de largo aliento, la incertidumbre política, social o económica puede transformarse. Su existencia, incluso podría convertirse en una oportunidad para que gerentes rediseñen sus lineamientos, enfoquen sus recursos en los productos que generan rentabilidad y fortalezcan sus operaciones, centrándose en sus clientes.
Entendiendo que la incertidumbre siempre se presenta y que las organizaciones deben tener estrategias a largo plazo que respondan a estos contextos, PageGroup y Michael Page recomiendan tener en cuenta los siguientes consejos para enfrentar este tipo de situaciones:
- 1) Tener fortaleza psicológica: resolver una situación de incertidumbre no solo depende de la capacitación o estudios que tengan los directivos sino también de la actitud que se toma para resolver el laberinto de causas y consecuencias. Si bien el tratar de entender lo que pueda suceder es una situación de alto estrés, es fundamental que la motivación siempre se mantenga intacta y enfocada en las nuevas estrategias de cambio que se quieran alcanzar.
- 2) Esforzarse en el diagnóstico: es esencial reconocer si el motivo que generó el contexto de incertidumbre y sus posibles consecuencias y cómo afectan de manera directa el negocio, un ejemplo es la coyuntura actual del COVID-19 y las implicaciones que está teniendo en la compañía. Algunas empresas pueden tardar demasiado tiempo en resolver el qué hacer y es uno de los peores escenarios en que puede incurrir una mala gestión.
- 3) Encontrar los medios adecuados: en una situación de alta incertidumbre siempre hay una diversidad de opciones mitigar los impactos negativos, no obstante, es fundamental que se tengan criterios éticos elevados para tomar las decisiones, ya que no se puede sacrificar el núcleo de la organización y su reputación.
- 4) Mantenerse firme en la decisión: es importante no perder el enfoque de la acción tomada, salvo que en el camino se encuentre una alternativa considerablemente más adecuada, lo cual es poco probable si se hizo el diagnóstico correcto y se evaluó bien las alternativas.
Adicionalmente, es fundamental revisar continuamente los lineamientos de la compañía y analizar las cambiantes regulatorias y de los mercados, puesto que estas son los insumos clave para tomar las decisiones correctas.