Por Nicolás Valencia**
Colombia está en una posición privilegiada para asumir el desafío de convertirse en un líder mundial frente al cambio climático. Contar con la sexta matriz de energía más limpia del mundo gracias a que el 70% de la generación eléctrica del país proviene de fuentes hídricas, es algo llamativo pero no es suficiente. Quizás se requiera mayor generación de fuentes no convencionales como la solar, eólica, entre otras, pero tampoco es suficiente. La clave está en el ciclo biológico de la Economía Circular, en donde debemos aprovechar la oportunidad para convertirnos en productores de combustibles renovables avanzados, los cuales permitirán crear una nueva economía, generar una mayor riqueza y obtener mejores beneficios sociales y ambientales.
El país ya tiene un recorrido en la producción de biocombustibles, pero es limitado. La experiencia adquirida en el Valle del Cauca con la producción de etanol a partir de la caña de azúcar, o los avances en la producción de biodiesel a partir de la palma de aceite en el Caribe y Santander, solo logran sustituir respectivamente entre el 8% y el 9% de las gasolinas que se consumen en el país, pero se deben mezclar con el combustible derivado del petróleo. La calidad de estos biocombustibles no permite que se sustituyan por los de origen fósil, ni tampoco es que ayuden mucho a mejorar la calidad del aire en las ciudades.
La Bioenergía Moderna ya cuenta con tecnologías disponibles que pueden convertir los cultivos energéticos, los residuos de cosecha e incluso los residuos sólidos urbanos, en combustibles renovables idénticos a los tradicionales. Esta materia prima verde, tiene el carbono y el hidrogeno necesario para producir un hidrocarburo sintético que puede reducir hasta en un 90% los Gases de Efecto Invernadero y mejorar el rendimiento de los medios de transporte sin necesidad de hacer modificaciones a los motores. Colombia puede ser competitiva en la producción de este tipo de combustibles renovables si aprovecha sus ventajas cómo: las grandes extensiones de tierra productiva, la bondad de poder cosechar todo el año, la abundancia del sol y la disponibilidad de agua. La inversión en este tipo de proyectos desarrollaría la agroindustria y la competitividad rural, a la vez que traería grandes beneficios sociales. Se podrían generar miles de nuevos empleos en toda la cadena de valor, pues estos productos tienen un componente agrícola que es intensivo en mano de obra, lo que llevaría a la transformación de un sector que hoy es intensivo en capital como la extracción de petróleo.
Sonaría difícil de lograr sino fuera por los casos de éxito. La empresa NESTE fue fundada en 1948 por el Gobierno Finlandés para la producción y refinación de petróleo fósil. Pasó de ser la empresa más grande de Finlandia en la década de los 80 con la bonanza petrolera, a estar hoy en el 4to lugar de la lista de las 100 empresas más sostenibles del mundo por vender casi las 3 millones de toneladas de Combustibles Renovables Avanzados para transporte terrestre y aéreo, generando ingresos anuales por $11,8 Billones de euros. Los combustibles renovables son cada vez más atractivos en el mercado, pues su demanda mundial es creciente. El transporte es uno de los sectores más dinámicos y de mayor tamaño en cualquier economía y esto lo hace atractivo para la inversión, sobre todo en un país como Colombia que tiene suficientes ventajas competitivas.
La incertidumbre sobre la diversificación de los ingresos del país que hoy dependen en buena medida de la exportación de un petróleo fósil en decadencia, es cada vez más grande, pero los gobernantes carecen de propuestas claras y ya es hora que Colombia se transforme. “No hay reto difícil, solo mentes frágiles” le diría a los próximos candidatos a tomar decisiones para provocar su interés en profundizar sobre este tema. El próximo presidente tendrá que ser un experto en solucionar crisis, con la visión para encontrar las oportunidades de generación de nuevos empleos, que tenga el conocimiento y la capacidad de transformación que nos lleve a ser líderes en el mercado de la bioenergía moderna.
**Asesor Secretaria de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Cali