Por: Raúl y Perla Serebrenik
La actual pandemia ha demostrado la falta de preparación, la falta de liderazgo y dirección que se requieren para mitigar los efectos de una situación como la que estamos atravesando, que nadie escogió, pero que es necesario afrontar. Históricamente, la recuperación monetaria y el resurgimiento económico de los países, ha tenido origen en las empresas familiares que han sido protagonistas de este proceso como se pudo ver en el caso de la reparación económica Europea y Nipona después de la Segunda Guerra Mundial y también en el surgimiento de China como potencia mundial económica, que pese a ser el país comunista más grande mundo, descubrió en la creación masiva de empresas familiares, la ruta indicada para sacar de la pobreza a millones de personas, sin importar que finalmente se conjugaran su política capitalista con la económica, y su visión dictatorial comunista con la parte política; por ahora esto les ha funcionado de manera muy eficiente.
En conclusión, el progreso y la generación de bienestar en nuestras sociedades tiene su origen y su principal posibilidad, en el apoyo y el enfoque que se les dé a las empresas familiares, promotoras y protagonistas, históricamente, de la innovación y la generación de empleo que se requiere ahora más que nunca. Las grandes corporaciones tienden cada vez más a la digitalización y por ende a la automatización, y esto tiene como consecuencia una mayor reducción de su personal y una robotización en sus procesos productivos y administrativos debido a la búsqueda de más eficiencia; como ustedes saben, los robots no son susceptibles a enfermedades como el Covid-19 y tampoco crean sindicatos.
Entonces, qué posibilidades nos quedan, como una sociedad que debe buscar el desarrollo y la generación de bienestar, tanto individual como colectivo, con una población que crece apresuradamente, y donde parte de la tarea de un gobierno responsable es la creación y adecuación de políticas sostenibles que promuevan y aseguren el desarrollo de este tipo de organizaciones.
A lo largo de la historia se ha tenido la impresión de que la empresa familiar pertenece a ese tipo de organizaciones que fracasan con el paso de las primeras generaciones; son conocidas frases en diversos países e idiomas, en las que se describe que las empresas familiares no pasan más allá de tres generaciones, y desafortunadamente esta es una realidad que no deja de afectarnos, pero también es cierto que las organizaciones más longevas en la historia de la humanidad han sido de carácter familiar, de hecho se han identificado alrededor de unas 9000 estructuras de este tipo que han sobrevivido exitosamente más de doscientos años en unos 60 países, y la gran sorpresa es que la gran mayoría conserva su carácter familiar. En otras palabras, aquellas organizaciones que han trascendido en el tiempo, conservan este carácter.
Una de las características que hemos encontrado en este tipo de organización, es que esa coyuntura de longevidad y estructura familiar, no se da por azar sino por la decisión consciente de una familia que se organiza alrededor de su legado y tiene clara la continuidad que quiere mantener a través de las siguientes generaciones, pero para esto las nuevas generaciones deben asumir un compromiso frente a dicho legado y sobre todo identificar el impacto positivo, el sentido y el propósito que conlleva un proyecto de vida a favor de la prolongación de este legado familiar y el impacto que el mismo puede tener en la sociedad.
Este es el caso de una empresa que pocos reconocen como longeva, pero ha sido muy famosa en su campo de trabajo: Nintendo Co. Hoy es una empresa de entretenimiento dedicada a la investigación y desarrollo, producción y distribución de software y hardware de videojuegos y juegos de cartas, con sede en Kioto, Japón.
Sus orígenes se remontan a 1889, cuando comenzó a operar como Nintendo Koppai, tras ser fundada por el artesano Fusajirō Yamauchi, con el objetivo de producir y comercializar naipes Hanafuda. Después de muchos emprendimientos, algunos exitosos y otros fallidos, sacó, en 1977, en Japón, su primera videoconsola.
Posteriormente, sus productos incluyen algunas de las consolas y títulos más influyentes y exitosos de la industria de los videojuegos, como: Donkey Kong (1981), Super Mario Bros. (1985), The Legend of Zelda (1986), Metroid (1986), Tetris (Game Boy) (1989), Fire Emblem (1990), Star Fox (1993) y Pokémon Red y Blue (1996), que dieron origen a sus correspondientes franquicias a nivel mundial.
Nintendo cuenta con varias filiales en múltiples ubicaciones tanto en Japón como en el mundo. A través de estas delega la responsabilidad de producir y distribuir sus productos; además de estas filiales cuenta con socios comerciales como The Pokémon Company y Warpstar.
Cabe destacar que tanto la organización como su personal, han recibido varios premios por sus logros, entre los cuales se incluyen reconocimientos como el Emmy de tecnología e ingeniería, 1415 Game Developers Choice Awards y galardones BAFTA de videojuegos. Asimismo, es una de las empresas japonesas con mayor riqueza y valor en el mercado, además de poseer una de las políticas de responsabilidad social con mejor reputación en el mundo.
Este ejemplo ilustra la manera en que una empresa artesanal, a través del tiempo y de las generaciones, encontró el camino y la forma de sobrevivir a épocas difíciles, inclusive aquellas que en algún momento casi la llevan a la quiebra.
Con esto hago una invitación a los gobiernos, a la academia, a los gremios del sector financiero, para que le brinden apoyo y les den importancia a las empresas familiares, y estas puedan volver a la senda del progreso, el desarrollo y el crecimiento que tanto necesitamos en estos y futuros momentos como el que hoy atravesamos.
Familias Empresarias, continuidad y legado