Por: Carlos A. Dumois
Ya llevamos más de medio año confinados. Por lo menos en mi caso, y el de mi familia. Ya tenemos más de 6 meses encerrados, saliendo con muchos cuidados y solamente cuando es estrictamente necesario.
Cuando nos enteramos de la pandemia, escuchamos que tendríamos que confinarnos por un par de meses. Después nos hablaron de más tiempo. Luego que hasta que pudiéramos disponer masivamente de la vacuna, en algún momento del primer semestre de 2021.
Todo esto es mentira. Las vacunas no están siendo bien desarrolladas. Los expertos serios, no nuestros gobernantes de pacotilla, nos advierten que no contaremos con vacunas confiables ni en 2021 ni en los próximos años. Esa es la expectativa realista.
La esperanza de contar con una vacuna efectiva está siendo desmedida y paradójica. Tenemos que reconocer el beneficio de algunas vacunas que nos han protegido de manera segura contra ciertas enfermedades, como la de la polio, el sarampión, las paperas o la rubeola. Pero no todas las vacunas han sido igualmente eficaces.
Por ejemplo, sabemos que las prevenciones contra otras enfermedades no hemos logrado desarrollarlas. Por ejemplo, el sida, la gripe aviar y distintas formas de influenza no hemos podido inmunizarnos a través de vacunas.
Ante otros tipos de coronavirus, como el del SARS (de China) o el del MERS (de Oriente Medio) se lograron más o menos controlar antes de contar con ninguna vacuna. La Humanidad ha dejado de invertir en ellas al ver que los contagios han podido evitarse masivamente.
El proceso de creación de una vacuna con alto grado de efectividad, con mínimos efectos secundarios, que pudiera difundirse su aplicación a millones de personas en todo el mundo no es algo cercano. Su desarrollo se ha llevado a cabo con demasiada prisa y con enorme presión política.
Debemos ser prudentes al utilizar las vacunas que puedan surgir bajo estas condiciones. Su efectividad, sus efectos secundarios y la durabilidad de sus resultados tendrá que probarse. Todo apunta a que no seamos ingenuos al esperar que pronto tendremos la pandemia bajo control.
Estas realidades nos llevan a otra reflexión de algo que sí está bajo nuestro control. ¿Qué podemos hacer si la pandemia dura 5 años o más? ¿Qué alternativas tenemos?
¿Qué haremos con nuestros negocios? Imaginemos que un meteorito gigante impactó la tierra y causó estragos en nuestro planeta. Imaginemos que ya ocurrió, que es un hecho. Y que se destruyeron muchos mercados, que ya no existen los estadios, ni los gimnasios, ni los yates, ni los cines; y que desaparecieron la gran mayoría de los hoteles, restaurantes, trenes de pasajeros y parques de diversiones.
Eso no significa que se ha destruido la economía del mundo. Desde luego que está muy dañada, pero sigue habiendo mercados vivos, oportunidades, inversionistas y clientes para muchas otras cosas. Ahora hay más demanda de servicios en línea, bicicletas, patines, comida a domicilio, teléfonos inteligentes, computadoras, y muchas cosas más.
El mundo se está reconstruyendo. Hay oportunidades. Asimilemos la pérdida. Busquemos cuáles oportunidades pueden ser las nuestras. Reconstruyamos nuestros negocios reconociendo las nuevas realidades.
¿Qué haremos con nuestras vidas? Estamos vivos. Podemos pensar, cambiar, actuar. No nos lamentemos del bombazo que recibimos. Aún será peor. Tenemos que reencontrar caminos de felicidad. ¿Cómo vamos a sobrevivir? ¿qué vamos a estudiar o aprender?, ¿cómo nos vamos a entretener?, ¿podremos viajar?, ¿qué vamos a hacer los fines de semana y las vacaciones? Si trabajamos con optimismo seguramente encontraremos solución a todas estas preguntas. La clave esté en cambiar nosotros mismos, la pandemia no se acabará mañana.
¿Cómo emprenderemos el cambio? Está claro que de fuera no llegarán soluciones fáciles. Ninguna de nuestras opciones es sencilla ni se cae de la mata. Tenemos que trabajar duro. Primero que nada con nuestra actitud: ante nuestro alrededor, ante las circunstancias, ante nuestra situación.
Hoy, en nuestro aquí y ahora, nos toca hacernos dueños de nuestra vida, de nuestra economía, de nuestra comunidad. Tenemos que diseñar una estrategia de negocio y trazar un plan de vida para seguir creciendo aunque la pandemia dure 5 o más años. Les propongo se adueñen de su éxito, de su camino de mejora, de su felicidad. El Covid no los puede detener.
Presidente y Socio Fundador de CEDEM