Publicado: agosto 12, 2019, 4:43 pm
Nadie esperaba un resultado tan contundente en las elecciones primarias de Argentina (PASO).
La fórmula del kirchnerismo, Frente de Todos, encabezada por Alberto Fernández, se impuso el domingo por más de 15 puntos sobre la alianza liderada por el presidente argentino Mauricio Macri, Juntos por el Cambio.
La mayoría de los analistas estiman que una diferencia tan abultada es virtualmente imposible de revertir en las elecciones del próximo 27 de octubre.
Si los resultados de las primarias se repitieran, Fernández -quien es acompañado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, como su vice- ganaría en primera vuelta.
La reacción efectivamente llegó: las acciones y los bonos argentinos se desplomaron en la apertura de los mercados. Algunas acciones cayeron más del 50% y los bonos cerca del 15%.
En tanto, el dólar se disparó más del 11% a primera hora, y desde entonces aumentó vertiginosamente, llegando a los US$61 para la venta, un aumento del 32% respecto al cierre del viernes (US$46,15%).
«Poder de fuego»
Recién al mediodía de Argentina se conoció la primera reacción del Banco Central para contener el alza: aumentó la tasa de interés -que ya era la más alta del mundo– al 74%.
En tanto, en algunas casas de cambio se empezaba a ver un leve descenso de la moneda estadounidense, referencia absoluta en la economía argentina.
Gracias al acuerdo que Macri firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$57.000 millones -el mayor en la historia de ese organismo- el gobierno argentino cuenta con herramientas nuevas para intentar frenar la escalada del dólar.
El analista político Juan Germano, director de Isonomía Consultores, dijo a BBC Mundo que este lunes se pondrá a prueba «el poder de fuego del gobierno para intentar controlar al dólar».
Por el momento, no ha habido declaraciones del gobierno, que el domingo reconoció la fuerte derrota incluso antes de que se dieran a conocer los resultados oficiales.
Devaluación = inflación = pobreza
Esta nueva devaluación del peso -que aún no ha encontrado su piso- significa un duro golpe para una economía que ya estaba muy frágil.
La dependencia de la economía argentina del dólar hace que cualquier aumento de esa moneda se traduzca automáticamente en inflación, que a su vez tiene un impacto directo en la pobreza.
Gracias a dos devaluaciones que sufrió el país desde 2017, Argentina ya tenía una de las inflaciones más altas del mundo. En 2018, la cifra oficial fue de 46,7%.
Esto generó un aumento de la pobreza del 6,3% en un solo año, llevando a la cifra total al 32%.
En la primera mitad de 2019 el aumento de precios ya había superado el 22%.
Si bien el ritmo de la inflación se venía desacelerando en el segundo semestre, el inesperado resultado de las elecciones y la reacción negativa del mercado seguramente haga que la cifra cierre por encima de la de 2018.
Una muy mala noticia para los argentinos, que este lunes siguen con preocupación esta nueva debacle de su economía.
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