Publicado: mayo 7, 2018, 4:00 am
Aunque se crea que “es un trabajo para machos”, ser operador certificado de maquinaria pesada es una alternativa que cada vez con más frecuencia y éxito están ejerciendo las mujeres.
Se calcula que 6 de cada 10 personas que se capacitan para ejercer este oficio son del género femenino.
Ellas le apuestan a entrenarse de manera formal en dicha labor por la seguridad que esto representa, ya que ser operadora de maquinaria pesada es un oficio que sin excepción requiere una preparación teórica y práctica.
Son personas que deben estar capacitadas en el manejo adecuado de la máquina y en cómo reaccionar de forma acertada ante una emergencia, entre muchas otras habilidades que garantizan no solo la productividad de las obras de infraestructura, sino su propia seguridad e integridad, así como la de sus compañeros de trabajo.
Pero estar entrenada para manejar maquinaria pesada no solo es un garante de seguridad y productividad. Ejercer este oficio, con la debida capacitación, es también una oportunidad laboral que ofrece a las mujeres excelentes ingresos y horarios en comparación con otras actividades.
De acuerdo con Julio Vallejo, Gerente Regional de Grupo MAKRO, una mujer que cuente con una certificación formal para manejar maquinaria pesada y que realice un turno de 8 horas diarias puede ganar entre 4 y 5 millones de pesos al mes. “Muchas de ellas han podido mejorar su calidad de vida, lograr la independencia económica y sacar adelante a sus familias gracias a este tipo de capacitaciones con las que pudieron acceder a un empleo como operarias de máquina pesada.”
En Colombia, un alto porcentaje de las personas que maneja maquinaria pesada lo hace de forma empírica, lo que genera un alto riesgo. Según Vallejo,: “Sin la capacitación adecuada la persona no tiene ni siquiera la habilidad de reconocer las situaciones de peligro y tampoco sabe cómo reaccionar de forma correcta ante ellas. Los peligros de manejar maquinaria pesada sin tener un entrenamiento certificado van desde el daño de la máquina, altos costos por reparaciones y repuestos, días perdidos de alquiler y retraso de la obra, hasta accidentes que comprometen la integridad y la vida del trabajador y las de sus compañeros.”
