El sector tecnológico y particularmente el de móviles, como lo exige la concepción misma de su negocio, está en permanente evolución y cambio, buscando una mayor satisfacción de cliente a través del esfuerzo por suplir sus necesidades particulares de consumo.
Esta es la razón para que se hagan modificaciones de fondo como movernos a esquemas que llevan los equipos hasta las vitrinas de los operadores, retailers, tiendas propias, a grandes superficies, no sólo distribuyendo un mayor volumen de equipos y otorgando más acceso sino habilitando la posibilidad de nuevas formas de financiamiento a través de tarjetas de marca compartida e incluso de modelos de financiación más cercanos al usuario.
Esta decisión, lejos de matar el mercado como muchos lo creyeron, se convirtió en una forma de democratizarlo. Hoy, el 72% de los hogares colombianos tienen acceso a un smartphone, haciendo de éste el terminal más popular entre los colombianos -por encima del computador- para acceder a internet, según la primera gran encuesta TIC, y demostrando con ello que el alcance de estos equipos de cara al progreso es innegable.
A esto se suman otros esfuerzos como la eliminación del IVA para equipos de menos de $700.000 que llegó con la reforma tributaria de 2016 y que encaja perfectamente con la apuesta de fabricantes como Alcatel, quienes nos hemos enfocado en generar la mejor relación calidad-costo que beneficie a nuestros usuarios.
Con todo este camino no se puede desconocer que el desarrollo de un mercado como este puede impactar positivamente a países como Colombia a través de incrementos en el acceso al conocimiento, ser un facilitador de metodologías de teletrabajo y aumentar la adopción del Internet de las Cosas (IoT) que hoy está transformando la manera como operan las diferentes industrias de cara a un mejor aprovechamiento de recursos e índices de producción más altos, así como modificaciones y expansiones acertadas de los portafolios de productos y la creación de experiencias, más que de bienes, para enganchar a un consumidor con su marca.
En toda esta ecuación el factor más importante es tal vez la generación de los Millennials, quienes han adoptado con facilidad los diferentes avances tecnológicos y los alcances de dispositivos como los smartphones. Hoy, además de enfrentarnos a una generación consciente del medio ambiente, que siente empatía con marcas que se comprometen con causas sociales, también tenemos un consumidor exigente, que sabe lo que quiere y que espera el mejor desempeño, un diseño de primera categoría y posibilidades infinitas de creación con un teléfono.
Eso también modificó el core del negocio. Dejamos, hace tiempo, de producir equipos que responden a los alcances de nuestros técnicos o a los avances de la competencia para concentrarnos en las necesidades de nuestros usuarios, en lo que se ajusta a sus perfiles, en darles una experiencia personalizada en la que el límite ya no está en la máquina y en su duración sino en la imaginación de su dueño.
Esta dinámica hizo que ya no sea el cliente el que tenga que buscar entre millones de referencias uno que se adecúe, medianamente, a su estilo de vida (personal y profesional) sino que nos obliga a los fabricantes a estar en constante lectura de nuestro mercado, cerca de nuestros clientes para que, a través de sus requerimientos, que llevamos a nuestros laboratorios, podamos producir modelos que se ajusten a ellos.
Esta tendencia no tiene reversa y lo aplaudimos porque nos obliga a la constante innovación y la necesidad de realmente diferenciarnos. La ecuación ha cambiado para beneficio del consumidor.
Por: Carlos Mateus
Country Manager de Alcatel Colombia, marca de TCL Communicaations