La cifra de desempleo en Colombia volvió a estar en terreno negativo. Los dos primeros meses del año han presentado un punto porcentual menos que en los mismo meses del año anterior. Recientemente, el Dane reveló la cifra correspondiente de febrero en el que se llegó a 11,8%, mientras en el mismo mes de 2018 fue de 10,8%.
En busca de una explicación a este comportamiento existen varias teorías, como el efecto que ha tenido la migración venezolana, la transición que está teniendo el país en materia de recuperación económica o los desafíos en materia de formalización labora.
De acuerdo con Felipe Campos, Gerente de Investigaciones Económicas en Alianza Valores, entre las hipótesis acerca del deterioro de la tasa de desempleo colombiana pese al rebote económico actual es que no hay nada fuera de lo habitual. «La tasa de desempleo es un indicador rezagado que se ve afectado muchos trimestres después del cambio en dirección del PIB. En EEUU este rezago ha sido alrededor de un año por más de 4 décadas y en casos recientes como los ciclos en Brasil y Chile el desempleo ha seguido al PIB en ambas direcciones con un rezago de año y medio. Colombia comienza su recuperación en el primer trimestre del 2018», dice.
Sin duda, la formalización laboral también se ha convertido en un desafío, que aunque se ha avanzado, todavía hay mucho por hacer. De acuerdo con el más reciente análisis de Anif, en el que se evalúa el comportamiento del desempleo, se destaca la prevalencia de algunos obstáculos que impiden lograr una mayor generación de empleo formal, como la alta inflexibilidad del mercado laboral debido a los elevados costos no salariales y de despido; elevado salario mínimo, relativo a patrones internacionales y con alta incidencia salarial; deficiente capacitación laboral; y altos impuestos puros detrás de las contribuciones a la seguridad social.
«Todo esto evidencia la importancia de implementar una Reforma Estructural Laboral, cuya columna vertebral sería la eliminación de los 5 puntos porcentuales de costos no salariales referentes a las Cofamiliares (4%) y los intereses de las cesantías (1%). Ello estaría elevando la formalidad laboral en cerca de 1,2%, al tiempo que reduciría el desempleo en -0.64%», agrega el reporte.
Por su parte, aunque los resultados de desempleo preocupan y generar preguntas respecto al rendimiento y proyecciones de las empresas, el balance del sector industrial en febrero se muestra positivo y con buenas perspectivas. La favorabilidad de las condiciones económicas para invertir se ubicó en 2,1%, lo que equivale a un aumento de 14,2% frente a la pasada medición de noviembre de 2018.