Así lo ratifican las cifras de diferentes firmas que son autoridad en la materia: la consultora internacional Hay Group, dice que el 43% de los trabajadores de una empresa que están motivados son más productivos y, según la Universidad de California Berkeley, el 86% de los empleados que participan en diferentes planes de bienestar suelen ser más innovadores, aportando al crecimiento de la compañía. En este mismo sentido, según la Revista Forbes, el 66% de ellos se ausenta menos por incapacidades. Al respecto, el psicólogo y escritor estadounidense Martín Seligman agrega que en este tipo de escenarios empresariales las ventas se incrementan hasta en un 37%.
Al analizar estos datos, es evidente cómo las grandes y pequeñas empresas del mundo han podido entender que además de invertir recursos en maquinaria, modernización de sus plantas y otros rubros, también es importante reservar parte del presupuesto a planes de bienestar que mantengan a los colaboradores motivados y felices.
De acuerdo con el BID, en su publicación “Aprender mejor: políticas públicas para el desarrollo de habilidades”, cuando se invierte tiempo, esfuerzos y recursos en el desarrollo de las habilidades de los individuos, estos alcanzan un sentimiento de realización personal que les permite sacarle un mayor provecho a sus diferentes capacidades, lo que en el ámbito empresarial se traduce en mayor productividad.
Y, si a esto se le suma un real interés de las organizaciones por mejorar la calidad de vida de su capital humano, en temas de salud, vivienda, turismo, recreación y otras actividades de esta misma índole, los resultados serán indiscutibles.
Pero además de reconocer que los planes de bienestar impactan positivamente en los resultados de una compañía, la cultura organizacional hoy en día establece que es el ser humano, la pieza más importante en el engranaje empresarial. De acuerdo con Carlos Mauricio Vásquez, director general de la Caja de Compensación Familiar Compensar, las personas son el principal factor generador de riqueza para las compañías, pues son ellas quienes se comprometen a sacar adelante los diferentes objetivos corporativos.
Y es que, además de llegar al trabajador y mejorar su calidad de vida, un reto que tienen las empresas es ir más allá y cubrir de la misma manera a su núcleo familiar. Esto permite que los beneficios se extiendan cada vez a más personas, impactando de manera significativa en el bienestar de los países y aportando a la construcción del tejido social.
“La clave es entender que el bienestar no es igual para todos, cada persona tiene motivaciones diferentes dependiendo del momento que está viviendo. Esa es nuestra gran labor como plataforma integral de bienestar, ofrecer servicios que se ajusten a las necesidades específicas de cada hogar o empresa”, agregó Vásquez.
Y en esta tarea, fundamental para cualquier sociedad, las empresas se han apoyado en las cajas de compensación familiar, organizaciones que logran identificar las diferentes necesidades de las personas para ofrecer de manera integral servicios que cubran dichos requerimientos. Esto es precisamente lo que hace Compensar desde hace 40 años, propiciar nuevas maneras de vivir el bienestar y sentir la felicidad, basados en lo que ha sido siempre su propósito de aportar a la construcción de una sociedad mejor.