Hace un año, la actividad económica estaba acelerándose en casi todas las regiones del mundo. Pero mucho ha cambiado desde entonces: la escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, los problemas de los fabricantes de carros de Alemania, el Brexit y la turbulencia en Argentina y Turquía, han aumentado el pesimismo entre los expertos.
Así lo advirtió ayer el Fondo Monetario Internacional, FMI, en su más reciente informe de «Perspectivas Económicas Globales», en el cual, si bien descarta la posibilidad de una recesión global, proyecta un crecimiento del 3,3% en 2019, lo que supone un menor ritmo frente al 3.,6% del año pasado.
“La revisión a la baja del crecimiento, de 0,2 puntos porcentuales para 2019, también es generalizada. Refleja revisiones negativas de varias economías grandes, como la zona del euro, América Latina, Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Australia”, explica.
Para Colombia, el Fondo proyecta un crecimiento del 3,5% para este año, una cifra ligeramente inferior a su proyección anterior, aunque muy superior al de América Latina y el Caribe de 1,4% en 2019 y 2,4% en 2020, por el «lastre considerable» que representa Venezuela.
«La economía venezolana se espera que se contraiga un cuarto en 2019 y otro 10% en 2020, un colapso mayor que el proyectado en octubre de 2018 y que genera un lastre considerable para la región y para el grupo de mercados emergentes y economías en desarrollo en ambos años», explicó el organismo.
En cuanto al 2020, el crecimiento proyectado para el mundo sería de 3,6%. Sin embargo, para el FMI se trata de una recuperación precaria y que depende de un repunte de las economías de mercados emergentes y en desarrollo, cuyo crecimiento aumentaría de 4,4% en 2019 a 4,8% en 2020.
“Concretamente, se basa en la reactivación que se prevé del crecimiento en Argentina y Turquía y cierta mejora de la situación en otro grupo de economías en desarrollo que se encuentran sometidas a tensiones y, en consecuencia, está sujeta a una incertidumbre considerable”.
En las economías avanzadas, el crecimiento será ligeramente más lento en 2020, a pesar de una recuperación parcial de la zona del euro, a medida que se desvanezca el impacto del estímulo fiscal de Estados Unidos y que el crecimiento tienda hacia el modesto potencial del grupo, por el envejecimiento de la población y el escaso aumento de la productividad.
“Más allá de 2020, el crecimiento se estabilizaría en torno a 3,5%, apuntalado principalmente por el crecimiento de China e India y su creciente peso en el ingreso mundial”, agregó al subrayar que, en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, el crecimiento se estabilizará en torno a 5%.
“La situación es similar en los países de bajo ingreso; algunos —sobre todo los países exportadores de materias primas— están creciendo con rapidez, pero otros están quedando más rezagados respecto del mundo avanzado en términos per cápita”, concluyó el informe.