Publicado: junio 14, 2021, 4:30 pm
Impulsado por las nuevas tecnologías y la creciente globalización, el mundo del trabajo ha experimentado constantes cambio en los últimos doscientos años. Las economías agrarias dieron paso a la industrialización, que, en las últimas décadas, se ha transformado en una economía de servicios.
Durante este período, sectores enteros y las ocupaciones se han transformado; algunas han desaparecido y otras nuevas las han reemplazado, enfatizan estudios de consultoras como Deloitte.
Sin embargo, la pandemia no solo aceleró la transformación digital de las empresas sino también del mundo del trabajo, lo cual se ha traducido en un cambio visible en las ocupaciones, roles y habilidades.
De hecho, la firma consultora ha identificado cuatro dimensiones que, en conjunto, conforman el ecosistema laboral y son la clave para crear un ambiente de trabajo flexible, colaborativo y conectado.
La primera de estas dimensiones, el espacio, se relaciona con el diseño de edificios y espacios de oficinas. La segunda – lugar – se enfoca en distribuir a los empleados en una variedad de ubicaciones (edificio de oficinas, hogar, oficina, espacios de coworking).
Las dimensiones de espacio y lugar, que en conjunto constituyen el lugar de trabajo físico, la flexibilidad sobre la ubicación y las horas de trabajo que sustentan un lugar de trabajo moderno y ágil, son cruciales.
Esto se midió usando tres indicadores:
El primer indicador es la flexibilidad sobre dónde trabajan los empleados. Por ejemplo, cuando lo hacen en la oficina, ¿tienen la libertad de elegir diferentes escritorios y áreas de trabajo? Esta flexibilidad tiene un impacto en la forma como se diseñan y configuran las oficinas.
El segundo indicador es la flexibilidad en la jornada laboral y el tercero, la flexibilidad sobre el lugar de trabajo.
En general, dar a los empleados más flexibilidad permitiría a las empresas utilizar su espacio de manera más eficiente, al mismo tiempo que mejora la productividad al permitir que cada colaborador determine el mejor lugar para realizar su función y responsabilidades actuales.
La tercera dimensión cubre la tecnología que permite a los empleados llevar realizar su trabajo y colaborar entre sí y la dimensión final, el talento, se relaciona con la organización cultura y estructura.
La cuarta tiene que ver con el talento. ¿Tiene la empresa u organización una cultura y una estructura que apoyen el trabajo flexible y colaborativo?
Junto con el espacio, el lugar y la tecnología, la dimensión del talento también es crucial para garantizar y promover flexibilidad, colaboración y conectividad en el lugar de trabajo. La dimensión del talento se relaciona principalmente con tener una cultura y estructura organizativa adecuadas.
Para garantizar una cultura corporativa saludable, es importante que los gerentes no solo apoyen el trabajo flexible sino que también den ejemplo y apliquen lo de predican.
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