Por Carlos A. Dumois
Hace más de 2000 años ocurrió algo maravilloso. La Humanidad fue redimida por quien vino a elevar nuestro espíritu. Él vino a ratificar lo que somos, vino a decirnos que somos sus semejantes. Todos los hombres y mujeres del mundo, de todas las razas y geografías, somos uno bajo su paternidad. Pero esto se nos olvida fácilmente, y perdemos la perspectiva.
¿Qué sentido tiene la Navidad o qué sentido le damos a la Navidad? El 2020 nos ha traído un terremoto de alto grado y de meses, si no años, de duración. No puede pasar desapercibido. Esta no puede ser una Navidad más.
Antes que nada la Navidad es redención y renovación, es recordar que somos todos hermanos, que no estamos solos. Nadie está solo en este mundo.
Nick Leiber, colaborador de la revista Businessweek, ha escrito recientemente artículos sobre la salud mental de los propietarios de negocio. El parece estar preocupado sobre la presión que para los empresarios significa mantener a flote su negocio ante las dificultades que nos ha traído esta pandemia.
Es curioso que Lieber resalta el peso que la soledad le representa a los líderes en la cima de sus propias compañías. Describe cómo el número de hombres y mujeres de empresa que buscan ayuda psicológica y psiquiátrica ha subido notoriamente en este año. Demuestran elevados niveles de estrés, ansiedad y depresión. Muchos han sido seriamente afectados por la pandemia.
Más allá de la posibilidad de enfermarse, muchos empresarios que se sienten solitarios y sobrepasados por fuerzas fuera de su control, temen que su negocio no pueda sobrevivir otro año más como este.
Sin embargo, mucha gente puede pensar que los empresarios son muy poderosos y que tienen resuelta la vida. No se percatan que su nivel de responsabilidad es superior, y que cargan en sus espaldas el bienestar de muchos otros. De ellos depende que la economía tenga sustentación. Su salud mental es fundamental para la sociedad. Impacta su habilidad para pensar claramente, para mirar hacia el futuro con optimismo y para construir caminos efectivos de crecimiento y permanencia de sus negocios.
La preocupación de Lieber es genuina. Nos atañe a todos. Si la pandemia sigue matando a más y más negocios en el mundo, tardaremos muchos más en recuperarnos.
A través de las décadas que llevamos acompañando a empresarios en su rol de Líderes de Dueñez, hemos tenido la oportunidad de animar e impulsar a muchos de ellos a ayudar a otros. Comparten su tiempo y experiencia, participan en consejos, en reuniones de trabajo, en comités corporativos y en proyectos estratégicos. Las más de las veces lo hacen sin percibir retribución económica alguna. Esos empresarios consejeros quieren ver a sus asesorados triunfar, los entusiasman a luchar por seguir creciendo y desean aligerarles la carga.
¿Qué motiva a esos empresarios tan ocupados a brindarle su tiempo a otros que muchas veces ni conocen? ¿Por qué les ofrecen su apoyo y sus conocimientos, sus relaciones y su sabiduría a terceros desconocidos? Es claro que no hay interés oculto, es obvio que no van a sacar ninguna ganancia económica. Parece que sus motivos tienen que ver con la generosidad, la solidaridad y la gratitud.
Gracias a todos los miles de empresarios que nos han abierto la intimidad de sus empresas y sus familias. Gracias especiales a todos aquellos que nos han ayudado a ayudar a otros. Para todos ellos esta Navidad debe ser algo muy grande. La Navidad de este año de pandemia debería tener un significado muy especial. Este día debemos celebrar que no estamos solos, que somos hermanos, que podemos ayudarnos unos a otros.
En estos tiempos de coronavirus el sentimiento de soledad puede asaltar a cualquiera, aún al empresario más valiente y atrevido. La necesidad de ayuda es en estos momentos un espacio inagotable. Todos tenemos nuestros problemas y desafíos, ni duda cabe. Pero todos tenemos también la posibilidad de dedicar un poco de nuestro tiempo y nuestras capacidades al servicio de otros para quienes nuestro apoyo puede representar la diferencia.
Hace dos mil años nos enseñaron el camino. El prójimo es importante. Siempre habrá alguien más vulnerable. Ahí está la oportunidad.
Presidente y Socio Fundador de CEDEM. c_dumois@cedem.com.mx
* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.