Publicado: junio 22, 2021, 11:02 am
Por: Carlos A. Dumois
Nos percatamos que nuestra región ha ido cayendo en la irrelevancia a nivel global. Vemos en las últimas cifras del Fondo Monetario Internacional cómo ahora apenas llegamos al 5% del total de la economía del mundo. Si la tendencia continua pronto caeremos a menos del 4% y no sabemos hasta dónde podremos llegar.
En lo que sí hemos sido notables es en nuestra incapacidad de manejar esta pandemia que ha venido a arruinarnos todavía más. México y Brasil siguen siendo los países con más altos niveles de mortalidad por coronavirus. Colombia y Perú no se quedan atrás. Esto es en si mismo vergonzoso.
¿Por qué nuestras economías y poblaciones han sido tan afectadas por esta pandemia? Comparto algunas ideas propias y otras de la revista The Economist. Son temas que debemos reflexionar con seriedad.
Si el PIB del mundo disminuyó alrededor del 3% en 2020, en Latinoamérica el descenso fue del 7%, el peor de todas las regiones de la Tierra. Analicemos las posibles causas.
Deficiente Sistema de Salud Pública. Sabemos que la corrupción es el factor común de nuestra administración pública. En este tema hemos empeorado a últimas fechas en nuestras naciones. La ligereza, desinformación e irresponsabilidad de nuestros gobernantes es notoria, sobre todo en México y Brasil.
Medidas de aislamiento forzoso. La mayoría de los gobiernos a nivel global han decretado disposiciones de cuarentena durante períodos de semanas o meses. En algunos países de nuestro continente estos mandatos han mantenido prácticamentge en toque de queda a la población por demasiado tiempo. El impacto que esto ha provocado a nuestras economías ha sido brutal.
Escuchar a los conocedores. Los científicos han influido de manera importante en las decisiones y programas gubernamentales en países europeos y asiáticos. Nosotros hemos hecho caso omiso a la ciencia en el manejo de la pandemia.
Gestionando con mentiras. Nuestros gobernantes han utilizado la desinformación, el ocultamiento de datos y la falta de realismo como práctica generalizada durante la pandemia. Nadie puede resolver un problema complejo sin afrontarlo con datos reales y con conocimiento.
Economías de alto contacto. En nuestra región es importante toda la derrama que genera el sector turismo, y este evidentemente ha estado semi-paralizado por más de un año.
Otros sectores nuestros están basados en la economía informal, donde el subempleo funciona con altos niveles de contacto personal. Quienes se dedican a estas actividades no tiene capacidad de subsistencia sin salir a la calle a trabajar, generalmente utilizando el transporte público. Esto también contribuye a generar altos índices de contagio en la población.
Desigualdad económica. Nos falta mucho para lograr un desarrollo que saque de la pobreza a millones de latinoamericanos. Las limitaciones propias de esta condición dificulta el acceso a medidas de protección personal ante el virus. Las vitaminas, cubrebocas, medicamentos preventivos tienen su costo. No todos han tenido acceso a ellos.
Mínimos estímulos fiscales. Los estudios realizados por Golman Sachs y la misma revista The Economist dejan ver que las economías norteamericanas, asiáticas y europeas han llevado a cabo programas financieros más o menos amplios de apoyo a empresas pequeñas y medianas y a la población más afectada. En nuestros países estos apoyos han sido minúsculos o casi nulos.
En Latinoamérica prevalece aún la idea de que ganar dinero o acopiar riqueza es inmoral. Ayudar a los empresarios es visto como traición al pueblo. Ellos son los villanos que se han aprovechado de la gente para su interés personal y se les trata públicamente con hostilidad.
En muchas naciones avanzadas los empresarios son vistos como agentes productores de riqueza para todos, que ofertan empleo y satisfactores para bien de la sociedad. Se apoya abiertamente a los emprendedores y se les admira y escucha. Nuestra mentalidad esta a años luz de llegar a esa forma de pensar.
Parece ser que el coronavirus, y más aún el mal manejo de nuestros gobiernos, contribuirá a que Latinoamérica siga quedando a la zaga en el desarrollo económico global.
Presidente y Socio Fundador de CEDEM.
