La frágil situación de comercio internacional entre China y los Estados Unidos como el incierto futuro del Brexit se suman a los temores de desaceleración a nivel global y a la idea de un escenario de menor soporte por parte de los grandes bancos centrales en el mundo. Las cifras de desaceleración preocupan, pero no se le pueden atribuir completamente al tema comercial, en un momento en el cual Trump ha enviado señales de la intención de lograr un buen acuerdo. Esta semana los agentes del mercado estarán atentos en los Estados Unidos a las cifras de comercio del tercer trimestre, a las ventas de vivienda de noviembre y a la decisión de política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), que posiblemente no dará su brazo a torcer con un incremento adicional en las tasas de interés a pesar de las señales de desaceleración.
La semana pasada inició con optimismo, pero a la vez con escepticismo por el avance en las conversaciones de comercio entre China y los Estados Unidos y la confusa expectativa de la situación del Brexit. En los días siguientes, el desarrollo de la noticia de la detención de la financiera de Huawei develó el interés de China y los Estados Unidos por lograr avances. Esto último se materializó en la reactivación de importaciones de soya por parte de China (la mayor exportación agrícola entre los dos países), conversaciones relacionadas al recorte en las tarifas por parte de China a los vehículos y autopartes estadounidenses, y a la solicitud a los refinadores estatales de incluir más petróleo de los Estados Unidos.
Sin embargo, el cierre de la semana arrojó debilidad de las cifras en China y en Europa como tropiezos políticos del presidente Trump y confusión del efecto para Europa y el Reino Unido por la incertidumbre del Brexit. Así, también, noticias desfavorables como la de Johnson & Johnson que se amplificaron en momentos de fragilidad de la confianza de los inversionistas.
Lo que vivimos la semana anterior no es muy distinto a lo que empezó hace algo más de dos meses. La diferencia es que hoy el mercado accionario más importante del mundo, el de los Estados Unidos, acumula un retroceso cercano a 11% (S&P 500) desde inicios de octubre. Desde ese momento, la debilidad de algunas cifras fundamentales de la economía global ha alimentado el temor de “la suma de todos los miedos” para el mercado accionario, la idea de una recesión. Así, la tasa de interés de los títulos seguros de los Estados Unidos a 10 años pasó de 3.25% a comienzos de noviembre a una tasa de 2.87% a inicio de esta semana, lo que refleja el mayor interés por inversiones seguras.
Lo anterior en medio de incertidumbre política en Europa, de las escandalosas acusaciones al presidente Trump por parte de su ex abogado y a una postura de los bancos centrales de seguir retirando las ayudas que ofrecieron durante la crisis financiera (2008-09). Hoy los grandes bancos centrales siguen el camino de la Reserva Federal, que con alta probabilidad incrementará su tasa de interés y ajustará posiblemente a la baja las estimaciones de crecimiento. En Europa, a pesar de la debilidad reciente en las cifras macroeconómicas, el Banco Central Europeo (BCE) frenó su plan de compra de activos e inició su conteo regresivo de un posible incremento en la tasa de interés en 2019.
A nivel local, los inversionistas estuvieron atentos a los cambios en la propuesta de Ley de financiamiento, que mostró una mejora en el posible recaudo de 6.5 a 7.13 billones de pesos. Lo anterior en medio de nuevas noticias relacionadas con casos de corrupción. La semana anterior, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) dio a conocer que en octubre la producción real registró un incremento de 5.8% y las ventas reales de comercio minorista de 6.5% anual. Para la última reunión del año de la Junta Directiva del Banco de la República, no esperamos cambios en la tasa de intervención (4.25%).
Lo sucedido al cierre de la semana pasada en los mercados de renta variable internacional es preocupante pero no muy sorprendente. Nuestro escenario base para 2019 incorpora una mayor desaceleración de la economía global, como lo estamos viendo en las cifras, pero no le damos una probabilidad alta a un escenario de recesión. Por la reacción y la sensibilidad del mercado en algunas sesiones, parece que el pesimismo y la probabilidad para muchos de una recesión ha ido en aumento, por lo cual la reacción ha sido más desfavorable a lo esperado.
Pensamos que la desaceleración puede extenderse un poco más a nivel global pero las cifras macroeconómicas pueden estabilizarse en los próximos meses debido a una posible reactivación del comercio internacional y a un escenario de estabilidad en Europa y de posible reactivación de China y otros mercados emergentes. Esto puede alentar el sentimiento de los inversionistas en 2019. En este punto de quiebre que está el mercado será fundamental las señales de estabilidad de China y Europa, y el posible repunte en los mercados emergentes, como de algunas economías latinoamericanas como la colombiana. Estamos en un modo de desaceleración global, pero de aceleración local.
Luego de un crecimiento de 1.8% en 2016 y de algo cercano a 2.4% en 2018, esperamos un crecimiento económico local superior al 3% para 2019. Le recordamos que en estos momentos de angustia no se deben tomar decisiones apresuradas en los portafolios de inversión. Esto históricamente, en términos de rentabilidad, ha demostrado ser una mala decisión.
Por: Felipe Herrera Rojas
vicepresidente de Inversiones en Porvenir