Registro  /  Login

Portal de Negocios en Colombia


¿Por qué debería cursar una carrera técnica?

Los jóvenes dejan sus estudios secundarios y buscan alternativas para seguir formándose, la carrera técnica puede ser una buena opción

Publicado: febrero 20, 2018, 12:12 pm

El sistema de educación en Colombia está atravesando un momento de cambio a raíz de las nuevas necesidades que tiene el sector empresarial y las altas cifras de desempleo que existen en la actualidad,  esto hace que  entidades como el Ministerio de Educación, formulen una serie de mejoras a su estructura, para que los colombianos puedan tener mayores posibilidades de formación y evolución de sus competencias laborales reales y acordes con el mercado laboral.

Esta preocupación proviene en gran parte de la condición de desigualdad a la que se enfrenta el sistema técnico por posicionarse como un modelo de formación legítimo y viable para la mayoría de los colombianos, en contraste con el sistema universitario, bajo la impresión de que cursar un programa de cinco años  es garantía de un trabajo importante en una empresa prestigiosa. De todas formas, la sociedad y el sector productivo va introduciendo nuevos cambios a un ritmo acelerado

Esta discriminación hacia el sistema técnico proviene de una percepción errónea por parte de los colombianos, pues operan bajo el supuesto de que es necesario que los jóvenes, después de cursar la educación media, entren de inmediato a cursar una carrera universitaria sin tener un conocimiento de las dinámicas que prevalecen en el mercado laboral, en donde las ofertas de trabajo estables vienen acompañadas de ciertos pre-rrequisitos de estudio, de experiencia laboral en el campo del conocimiento, contar con una certificación de prestigio respaldado por una institución con certificación de calidad las cuales  suman un porcentaje muy bajo en el país, todo esto sumado a una buena actitud y formación en valores, lo que se resume en una formación profesional integral, que una institución como Corporación CICCE  brinda a cada uno de sus estudiantes.

Para que un joven colombiano pueda tener un proyecto de vida ajustado a sus gustos y aspiraciones, debe pasar por una serie de barreras impuestas por el ritmo acelerado del mundo actual, los conocimientos tecnológicos exigidos para abordar el motor de la innovación y la rigidez de las instituciones académicas para ajustarse a los tiempos.

Por supuesto, todos estos contratiempos son comunes  en toda ciudad altamente globalizada, más el caso colombiano ha resultado peculiarmente complejo, y si se desea implementar un cambio en el sistema, hay que conocer a profundidad las imperfecciones propias de ese sistema. Y a lo largo de la discusión, estos problemas pueden reducirse a unos tres fundamentales:

  • El alto índice de inequidad: Esta situación se presentan cuando los estudiantes jóvenes no tienen la capacidad de elegir dónde quieren estudiar, sino que el sistema prácticamente les asigna la institución educativa según el lugar donde nacen y el estrato al que pertenezcan. Según una medición realizada por el DANE en el 2015, el 69% de los jóvenes colombianos viven en la pobreza y la vulnerabilidad. Factores como la capacidad económica y la localidad donde habitan, estén o no cerca de densas poblaciones determinan un grado de dificultad para acceder siquiera a una educación primaria cualificada.                                                                                                                                                          De la misma manera, se ha venido presentando una falta de procesos de orientación socio-ocupacional en las instituciones educativas para apoyar la toma de decisiones correctas y obtener una vida laboral en entornos apropiados a sus habilidades individuales.
  • La pertinencia del estudio en el campo laboral: Luego aparecen cuestionamientos sobre la conveniencia de obtener un título de educación superior para así desempeñar su cargo deseado en nuestro espacio laboral. Muchas familias colombianas se han preocupado acerca de qué tanto la educación que sus hijos o hijas reciben consideran útil para lograr su respectivo proyecto de vida.                                                                                                                                       Por citar un ejemplo, un estudiante con el sueño de estudiar ingeniería de sistemas y trabajar en una importante empresa desarrolladora de software no querrá sopesar la posibilidad de no tener trabajo durante seis meses, además de verse obligado a conducir un taxi o enrolarse en un centro de atención telefónica u otras opciones mientras sale su gran oportunidad, mas tal situación es una de las realidades a las que estos recién graduados pueden enfrentarse al terminar sus pregrados.
  • Una persistente falta de articulación: Aún nos queda mucho camino por delante para lograr una mayor integración del sector público como del privado y del sector educativo con el productivo, expandiendo la cobertura y las oportunidades de ingresar del  sistema educativo al sistema productivo. La arquitectura institucional tiene
  • dificultades para suplir las demandas de un espacio laboral más globalizado, tecnificado y con necesidades de cualificación de su equipo humano.

Por: Claudia Milena Manjarrez Alzate, directora ejecutiva Corporación CICCE.

Artículos Relacionados



Advertisement