Varios países han aprobado las vacunas, pero aún no han comenzado a administrarlas. Según datos de Our World in Data recogidos por The New York Times, en el mundo se están utilizando ocho vacunas distintas y todas ellas requieren, de momento, dos dosis para que el paciente esté completamente vacunado.
El antídoto de Pfizer/BioNTech, cuya eficacia estimada en la prevención de la COVID-19 es del 95%, se utiliza actualmente en 61 países, entre los que se encuentra España, el resto de la Unión Europea y otras naciones como Estados Unidos, Israel, México, Canadá, Chile y Ecuador.
Otro de las vacunas en la que se ha depositado grandes esperanzas es la Oxford/AstraZeneca debido a su bajo coste y facilidad de almacenamiento, aunque ha resultado controvertido en algunos países, como Alemania y Polonia, que limitan su uso a los menores de 65 años, alegando la falta de datos sobre su eficacia en las personas mayores. Actualmente, esta vacuna se distribuye en 41 países, incluidos los países miembros de la UE, así como Brasil e India, entre otros.
La vacuna de Moderna, que resultó ser un 94 % eficaz de acuerdo con los resultados preliminares de estudios de fase III, es la tercera más usada en el mundo. 27 países la están administrando, incluidos los miembros de la UE.
Por otra parte, las chinas Sinopharm-Beijing y Sinovac se utilizan en 10 y 6 países, respectivamente. La primera ya se administra en Perú, mientras que países como Brasil y Chile utilizan la segunda. Un estudio publicado en The Lancet ha demostrado que la rusa Sputnik V es muy eficaz, con un 91,6 % de efectividad. Esta cifra, junto con su bajo coste, la ha hecho atractiva para varios gobiernos, y nueve la utilizan ya. Los sudamericanos Argentina y Bolivia se encuentran entre ellos.
Mónica Mena Roa
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