Y es que Colombia es un país de arrendatarios. Según la Federación Colombiana de Lonjas de Propiedad Raíz (Fedelonjas), por cada 100 viviendas que se construyen, 18 se destinan al arrendamiento.
Aunque las personas estén optando por la modalidad de arriendo en lugar de convertirse en propietarios que sería el escenario ideal, lo cierto es que el mercado de los arriendos vale $2,26 billones en el país,
El 34% de las viviendas en Colombia están en arriendo y esta cifra no solo es aún mayor que en Norteamérica donde el promedio es de 21%, sino que además es la más alta de Latinoamérica, a pesar que en la región, en general, el número de propietarios ha venido disminuyendo en los últimos.
Algunas de las razones por las cuales las familias no compran vivienda y optan por el arriendo es el no contar con la cuota inicial de una vivienda, la percepción de que su precio es muy alto y no ser sujetos de crédito.
No obstante, cuando el interesado en adquirir este tipo de patrimonio no tiene el dinero uno sobre otro, existen alternativas como el leasing habitacional que es una forma de financiamiento que le permite a las personas pagar el arrendamiento de una vivienda de una manera programada y al final del contrato tener la opción de comprarla.
Según el más reciente informe de vivienda de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), los establecimiento de crédito han desembolsado $9 billones por concepto de 82.000 operaciones relacionadas con financiación de vivienda.
Aun cuando, del monto anterior solo $2,2 billones corresponden a leasing habitacional y el resto a créditos hipotecarios, lo cierto es que este segmento, a corte de junio de 2019, ha logrado un crecimiento de 142,7% real para Vivienda de Interés Social (VIS) y 5,8% para No VIS.
En contraste, los créditos hipotecarios, tanto de la vivienda de interés social VIS, como la No VIS, registraron decrecimientos reales en el año corrido de -0,7% y -3,3%, respectivamente.
De hecho, han sido los segmentos VIS y VIP los que, particularmente en Bogotá, han jalonado la dinámica positiva de las ventas de viviendas nuevas en los últimos doce meses, a corte de mayo de este año.
Ante esta panorámica, la Administración Duque se encuentra estructurando un plan de reactivación del sector No VIS que incluye medidas como el ajuste de los topes de precio de la vivienda VIS en ciudades con altos ingresos y la creación de un programa de garantías administrado por el Fondo Nacional de Garantías para compra de vivienda No VIS.
Además de otras estrategias como la entrega de créditos blandos a constructores a través de Findeter y el incremento del loan-to-value al inicio del crédito del 70% al 90%. No obstante, la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) ha dicho al respecto con esta última política que: “No luce prudente desaprender las lecciones de crisis hipotecarias anteriores, más aún, con los recientes deterioros en el mercado laboral y el elevado grado de endeudamiento de los hogares”.