Durante el confinamiento, seguramente ha estado entre los planes de muchos aprender un nuevo idioma. Y por supuesto, esa idea salió tan rápido como llegó porque se sabe que aprender un nuevo idioma es bastante difícil.
Dada la imposibilidad de subirse a un avión y adentrarse a aprender un idioma extranjero, es posible que muchos hayan recurrido a las aplicaciones para aprender, que afirman que el proceso es fácil y divertido. Pero, ¿realmente funcionan?
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El papel de las aplicaciones
«Las aplicaciones de idiomas a menudo dan a las personas la impresión de ser más fluidas de lo que realmente son», dice Richard Simcott, un políglota de renombre mundial que ha aprendido más de 50 idiomas. «El aprendizaje de idiomas tiene que ser excesivo: aprendes algo hasta el punto de que simplemente se convierte en parte de quién eres, de modo que te viene a la mente sin dudarlo cuando lo necesitas», dice.
Las aplicaciones de idiomas juegan con la repetición para ayudar a las personas a memorizar palabras y expresiones, pero a menudo no les dan una buena idea de cuánto vocabulario no se ha incluido en los ejercicios. «No creo que sea algo malo necesariamente», continúa Simcott, «porque prefiero que le digan a alguien que es mejor de lo que es y que tenga la confianza para continuar».
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Un estado mental de motivación
En tiempos difíciles, mantenerse motivado para un proyecto a largo plazo como aprender algún idioma puede ser complicado. Una buena manera de enfrentar esto es poniendo metas pequeñas y alcanzables. «Si tu único objetivo es hablar con fluidez, te sentirás decepcionado durante muchos meses. Pero si lo que quieres es poder presentarte, puedes lograrlo en una sola lección», dice Broholm. Otra técnica es construir una rutina a partir del proceso de aprendizaje. Simcott sugiere configurar recordatorios en momentos específicos del día para practicar: «En algún momento, por pura repetición, simplemente te acostumbras y construyes el hábito».
Cualquier persona con conexión a internet tiene acceso a muchos recursos gratuitos para estudiar algún idioma; las películas, los videos, los cuentos para niños e incluso los artículos de noticias en otro idioma también pueden ser excelentes herramientas para perfeccionar habilidades. Pero, como explica Simcott, la práctica puede empezar simplemente con pasar tiempo pensando en lo que aprendiste mientras haces el quehacer o te trasladas a otro lado. «La diferencia entre un estudiante de idiomas exitoso y uno sin éxito es que el segundo no piensa en el idioma hasta que empieza la próxima clase», dice.
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Claves de práctica
La clave es encontrar una manera de repasar lo que se aprende a lo largo del día, y eso puede variar mucho de persona a persona. Por ejemplo, si se es más oral, podría ser útil hablar en voz alta y narrar lo que se hace a lo largo del día, utilizando el vocabulario aprendido.
Para concluir, es importante ser realista con las expectativas. Aunque se trabaje duro, es probable que tener que seguir aprendiendo durante muchos meses después del confinamiento para hablar el idioma de manera fluida. Existe la presión de usar este tiempo de aislamiento para mejorar en muchos aspectos, pero si se está forzando la práctica todos los días, no se llegará muy lejos.
Tomado de: www.vice.com