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COLUMNA «¿El dataísmo o la religión de los datos reemplazará al humanismo?»

Publicado: noviembre 25, 2022, 10:51 pm

Por Gonzalo Gómez Betancourt** 

Hace unos días haciendo el plan estratégico de una compañía de software quedé sorprendido de un término que no había escuchado antes, que ni si quiera estaba en el diccionario, el denominado dataísmo, el director general de esa compañía habló sobre los cambios que podría llegar a tener su sector y sobre la necesidad de ir incorporando productos en este sentido, hablaba de cómo se empezaba a vivir un cambio de mentalidad, incluso una nueva filosofía, casi una religión, creado por el significado emergente del “Big Data”, la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (IoT), todo basado en libro de Yuval Noah el “Homo Deus”. El dataísmo sostiene que el universo consiste en flujos de datos, y que el valor de cualquier fenómeno o entidad está determinado por su contribución al procesamiento de datos. La corriente sostiene que las mismas leyes matemáticas se aplican tanto a los algoritmos bioquímicos como a los electrónicos, de esta manera se desploma la barrera entre animales y máquinas, también se espera que los algoritmos electrónicos acaben por descifrar los algoritmos bioquímicos y los superen.

Los estudiosos e intelectuales están sorprendidos que esta nueva corriente puede ser el santo grial científico, que es la existencia de una única teoría capaz de unificar todas las disciplinas del saber, desde la musicología a la biología pasando por la economía. Cualquier creyente de esta nueva corriente, podría llegar a decir que la quinta sinfonía de Beethoven, la burbuja de la bolsa y el virus de la gripe, no son sino tres pautas de flujo de datos que pueden analizarse utilizando los mismos conceptos y herramientas básicos. Esta idea es muy atractiva, ya que les proporciona a todos los científicos un lenguaje común, construye puentes sobre brechas académicas. Pero ¿cómo se puede lograr?, en el proceso, el dataísmo invierte la pirámide tradicional del conocimiento. Se suponía que los humanos destilaban los datos para obtener información, después destilaban la información para obtener conocimiento y después para obtener sabiduría. Sin embargo, los dataistas creen que los humanos, ya no pueden hacer frente a los inmensos flujos de datos actuales ni, por consiguiente, destilar datos, ni seguir la cadena hasta la sabiduría. Por lo tanto, el trabajo del procesador de los datos debe encomendarse a los algoritmos electrónicos, cuya capacidad excede por mucho la del cerebro humano. En la práctica, ellos son escépticos en relación con el conocimiento y la sabiduría del humano, y prefieren poner su confianza en los datos masivos y los algoritmos informáticos.

El dataísmo está atrincherado en dos disciplinas madre: la informática y la biología. Fue la adaptación biológica del datismo lo que convirtió un descubrimiento limitado en informática en un cataclismo que podría transformar completamente la misma naturaleza de la vida. Quizás muchos de nosotros no estamos de acuerdo con la idea de que los organismos son algoritmos, y que los animales y seres humanos son solo métodos diferentes de procesar datos. Hoy en día no solo se ven como procesamiento de datos a los organismos individuales sino a las sociedades enteras, como colmenas, colonias de bacterias, los bosques, y ciudades humanas. También los economistas interpretan cada vez más la economía como un sistema de procesamiento de datos. Según esta idea, el capitalismo de libre mercado y el comunismo controlado por el Estado no son ideologías en competencia, credos éticos o instituciones políticas. En el fondo son sistemas de procesamientos de datos que compiten. El capitalismo emplea el procesamiento distribuido, mientras que el comunismo es centralizado. El capitalismo no derrotó según los datistas al comunismo por ser más ético, porque las libertades individuales fueran sagradas, o porque Dios estuviera enfadado con los paganos comunistas. Por el contrario, el capitalismo ganó la guerra fría porque el procesamiento de datos distribuido funciona mejor que el centralizado. Este es el secreto del éxito, no hay una unidad central de procesamiento que monopolice todos los datos en el sistema. La información fluye libremente entre millones de consumidores y productores, la fuerza del mercado determina los precios. Si las fuerzas de mercado toman la decisión equivocada, pronto se corregirán, esto pensamos los capitalistas, pero para efectos de este artículo lo que importa es el procesamiento de datos.

Las bases del dataísmo, al igual que el capitalismo, empezó como una teoría científica neutral, pero está mutando en una religión que pretende determinar lo que está bien y lo que está mal. El valor supremo de esta religión está en el flujo de la información. Las experiencias humanas no son sagradas y el “Homo Sapiens” no es la cúspide de la creación y el precursor de algún futuro es el “Homo Deus”. Los humanos son simples herramientas, este sistema cósmico de procesamiento de datos será como Dios, estará en todas partes y lo controlará todo, y los humanos están destinados a fusionarse con él. El dataísmo tiene mandamientos, el primero: Un dataista debe maximizar el flujo de datos conectándose cada vez más a medios, produciendo y consumiendo cada vez más información. Segundo mandamiento, es conectarlo todo al sistema, incluido los herejes que no quieren ser conectados, y todo significa también incluir las cosas. La nevera controlará el número de huevos, le hará saber a la tienda cuando se necesita un nuevo envío, los autos hablarán entre sí, los árboles de la jungla informarán de meteorología, de los niveles de dióxido de carbono, el mayor pecado es bloquear el flujo de datos. La libertad de la información es el mayor de todos los bienes.

Para convencer a los escépticos, los misioneros dataistas explican repetidamente los beneficios de la libertad de la información. De la misma manera que un capitalista cree que todo lo bueno depende del crecimiento económico. Ya sabemos que Google puede detectar nuevas epidemias más deprisa que las organizaciones tradicionales, pero solo si permitimos el libre acceso a la información que producimos. Pero quizá no se necesita convencer al lector, en especial si tiene menos de 20 años. Los dataistas creen que la experiencia no tiene valor si no son compartidas, únicamente debemos registrar y conectar la experiencia al flujo de datos, y los algoritmos encontrarán su sentido y nos dirán que hacer. Los dataistas entonces no son liberales ni humanistas, pero tampoco anti humanistas, no tiene nada en contra de las experiencias humanas, simplemente no cree que sean valiosas.

En resumen, el Dataísmo se basa en: a) la ciencia que converge en un dogma universal, que afirma que los organismos son algoritmos y que la vida es procesamiento de datos; b) La inteligencia se desconecta de la consciencia; c) Algoritmos no conscientes pero inteligentísimos podrán pronto conocernos mejor que nosotros mismos. Estos tres temas platean otros tres interrogantes a nosotros los humanistas a) ¿Es verdad que los organismos son solo algoritmos?, b) ¿Que es más valioso, la inteligencia o la consciencia?, c) ¿Qué le ocurriría a la sociedad, a la política y a la vida cotidiana cuando esos algoritmos no conscientes pero inteligentísimos nos conozcan mejor que nosotros?, en última será que el ser humano dejará de ser la base del todo.

 

**Ph.D – CEO de Legacy & Mangement Consulting Group.

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