Con una participación del 25% en el PIB de Colombia, lo que sucede en Bogotá tiene un alto impacto no solamente a nivel local sino también en todo el país. Según el Dane, durante el tercer trimestre del año pasado la economía de la ciudad cayó – 9,1% frente el mismo período de 2019 y si bien esa cifra es menor al – 15,8% del segundo trimestre de 2020, la recuperación está nuevamente en riesgo por la segunda ola de contagios y los nuevos cierres y toques de queda en el 2021.
Y aunque la Alcaldesa de Bogotá, Claudia López, cambió el tono de su discurso a finales de 2019, para enfatizar la importancia de la reactivación económica, todavía son muchos los que se acuerdan cuando en marzo del año pasado dijo: “Tenemos que hacer lo que toque para no llegar a tener 10.000 muertos. Si lo que toca es ir apagando la economía, lo hacemos. Si lo que toca es trasladarle apoyo, comida y asistencia al estrato 0, 1 y 2, lo hacemos. Si lo que toca es pasarle un plan de salvamento en servicios públicos a la clase media del estrato 2 a 4, lo hacemos. Si tenemos que quedarnos en casa cuidándonos tres meses, lo tenemos que hacer”.
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“Apagar la economía conlleva la destrucción de empleos y pone en riesgo a muchas empresas (especialmente pequeñas), mientras que el endurecimiento de las condiciones financieras globales y la caída del precio del petróleo implica un fuerte deterioro de las cuentas externas y fiscales del país”, explicaron entonces los expertos.
Con más de 52.000 casos activos activos hasta este martes 19 en horas de la mañana, lo que equivale a una tasa de letalidad del 2% y a 679,1 casos por cada 100.000 habitantes, Bogotá enfrenta la segunda ola de la pandemia con nuevas restricciones a la movilidad, cuarentenas y toques de queda nocturnos como el entra a regir hasta el lunes 25 de enero a las 4 la mañana.
Se trata de medidas que, aunque no implican el cierre total de la economía capitalina, sí afectan la incipiente reactivación y ponen en jaque a los negocios que lograron sobrevivir a las cuarentenas del año pasado.
Según el Observatorio para el Seguimiento de la Atención de la Emergencia y Reactivación de Bogotá, Bogotá cerró el 2020 con una disminución en el total de empresas activas del 12%, lo que equivale a 53.291 empresas menos frente al 2019.
“Esto implica una pérdida histórica para la ciudad, teniendo en cuenta que entre 2010 y 2019 el promedio del crecimiento de empresas fue de 6,4% anual”, explicó el Observatorio en un análisis al destacar que esto repercute en una disminución de la calidad de vida y el bienestar de los bogotanos y sus familias, que son los afectados por la pérdida de empleos y oportunidades de crecimiento de sus negocios.
A la fecha las localidades que tuvieron contracciones mayores en el número de empresas fueron: Ciudad Bolívar con el 15%, Rafael Uribe Uribe el 14% y Bosa el 13%, y que nuevamente entrarán o ya están en cuarentena.
De acuerdo con el análisis del Observatorio, los nuevos ciclos de cuarentenas focalizadas en la ciudad pueden llevar a que los resultados negativos aumenten, especialmente en localidades como Chapinero, Ciudad Bolívar y Rafael Uribe Uribe, generando así mayores brechas en pérdidas de empleos y pobreza.
Las restricciones al comercio afectan más gravemente a las MiPymes que corresponden al 99% de las empresas de la ciudad, siendo las microempresas el 97,7% de ellas, las cuales no cuentan con el capital para dejar de percibir ingresos.
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