Los colombianos son cada vez más conscientes de darle un uso apropiado a sus cesantías y las cifras lo demuestran. En el primer trimestre del 2018, un 25,57 % de los afiliados que retiró sus cesantías lo hizo para abonar a su crédito hipotecario o educativo con la entidad; un 10 % de los retiros se dieron para compra de vivienda, mientras un 12 % se efectuó para nuevas solicitudes de crédito educativo, así lo reflejan las cifras del Fondo Nacional del Ahorro.
El 89 % de los afiliados se encuentran distribuidos en los niveles socioeconómicos 1, 2 y 3 y la tendencia del primer trimestre de 2018 muestra que los afiliados utilizaron sus cesantías para:
Uso de Cesantías en el FNA – Primer trimestre de 2018 | |
Crédito de Vivienda | 9,64 % |
Abono a cartera vigente | 25,57 % |
Crédito Educativo | 12,13 % |
Mejora de vivienda | 28,67 % |
Otros (terminación de contrato, embargos, pago a fallecidos, etc.) | 24,01 % |
Para Helmuth Barros Peña, presidente del FNA: “Cerca del 64 % de los afiliados ha destinado las cesantías bien sea para buscar vivienda, para disminuir el saldo de su crédito con el FNA y para mejorar su vivienda y el 12 % ha utilizado sus cesantías para educación (…) es importante tener presente que las cesantías únicamente pueden ser usadas para vivienda, educación y para cuando una persona quede cesante (desempleada)”.
En el mismo contexto, sólo en 2017 Asofondos informó que los cerca de 15 millones de trabajadores afiliados utilizaron $5 billones correspondientes a sus cesantías por concepto de terminación de contrato o desvinculación laboral en educación, compra, liberación de deuda o mejoramiento de vivienda. (Lea también: Mercado de crédito de consumo crece, aunque a menor ritmo)
Según la agremiación, en el último año el uso de este tipo de prestación social en cuanto a terminación de contrato o desvinculación salarial, llegó a los $1,69 billones, 33,6 % del total de retiros.
El informe de Asofondos resalta que un 28 % del total retirado que corresponde a $1,4 billones, se usó para compra de vivienda, cerca del 10 % para educación ($487 mil millones) y el 28 % restante ($1,4 billones), fue destinado para compra, liberación de deuda o mejoramiento de vivienda.