El estrés ha sido identificado como la principal causa de un sinnúmero de enfermedades en los últimos años. ¿La razón?Además de afectar la salud,también interviene en las relacionesinterpersonales y la calidadde vida de las personas.
Manejar un ritmo acelerado de vida, una larga lista de responsabilidades y situaciones difíciles que a diario se presentan, es relativamente fácil si se realiza de forma adecuada. El cerebro es el órgano más importante del ser humano y está encargado de regular desde las funciones del cuerpo más vitales -como respirar- hasta la conducta y las emociones.
“Un disparo de cortisol en el cuerpo hace que los músculos se tensionen, que la pupila se dilate, la respiración se acelere y que el corazón lata más rápido; eso nos prepara para la huida y en muchos casos es útil, pero cuando hay muchos disparos de cortisol en el cuerpo vienen las enfermedades. Por eso encontramos a altos ejecutivos que tienen problemas de corazón, de tensión alta, gastritis y colon irritable”, dice Rocío Suárez, coaching en comportamiento humano y neurociencias.
El ser humano tiene aproximadamente 100 mil millones de neuronas que a través de contactos eléctricos determinan acciones, pensamientos y emociones, que a su vez generan resultados en la vida de las personas. Cada experiencia vivida transforma el cerebro y existe la posibilidad de reprogramarlo para cambiar patrones aprendidos, y de esta forma lograr mejores resultados.
La programación mental se da a través del pensamiento y el lenguaje que generan un estado interno y llevan a una acción de la cual se obtiene un resultado. Según Richard Bandler el cocreador de la programación neurolingüística, “mientras la respiración es profunda, el cuerpo se va a sentir liviano, la mente se calma y así se pueden tomar buenas decisiones”.
Todo esto es una práctica, el ser humano puede convertir en un hábito la tarea de ser feliz independientemente de las circunstancias y llevar a un punto de reposo y tranquilidad su mente y su cuerpo para pensar de manera más clara. Pero esto toma su tiempo.
“Se le debe enseñar al cuerpo, mente y corazón que si algo me impacta del entorno, me puede doler pero debo recuperar la armonía y el equilibrio lo más pronto posible”, añade.
Un cerebro sano es una persona que vive en un estado de mayor felicidad. Cuando una persona permanece en este estado se cura más rápido, soluciona mejor sus problemas, tiene años más agradables y así mismo puede vivir más.
“Mucha gente confunde la felicidad con estar sonriendo todo el tiempo, ese no es un estado de felicidad. Se trata de un estado de serenidad, comprender que todo lo que pasa a nuestro alrededor es por un proceso de aprendizaje”, concluye Suárez.
Claves para mantener un equilibrio
- Tener consciencia. Tener cuidado de cómo se está expresando. “Si lo que va a decir no es más bello que el silencio, mejor no lo diga”. Las palabras emiten una energía.
- Evaluar la respiración. El estrés corta la respiración y no la hace profunda.
- Relajar el cuerpo. Durante el día el cuerpo se tensiona, incluso al descansar el cuerpo sigue estresado. Hay que prestarles atención a los pies, manos, abdomen, hombros, mandíbula y el entrecejo, que la cara que estoy proyectando a los demás, sea de tranquilidad.
- Agradecer. Cuando el foco está en lo que tiene y no en lo que no tiene puede disfrutar la vida mejor. El agradecimiento es la base de la alegría y la felicidad.