Publicado: marzo 22, 2018, 3:36 pm
La entidad presentó los resultados de las estadísticas de pobreza monetaria y multidimensional en Colombia durante el 2017, en total el 26,9% de la población está en esta condición en el país.
Entre 2016 y 2017, 385.000 personas salieron de la pobreza en Colombia, de acuerdo con el último reporte del DANE, lo que significó una reducción de 1,1% con respecto a 2016.
Sin embargo, las ciudades que tradicionalmente han tenido los más altos índices de pobreza en Colombia no levantan cabeza. De acuerdo con el reporte, las cinco capitales de departamentos con los más altos porcentajes de pobreza son Quibdó, Rioacha, Cúcuta, Florencia y Valledupar.
Quibdó, una de las ciudades con los mayores indicadores de corrupción de Colombia alcanza un porcentaje de 47,9% de pobreza y 17,7% de pobreza extrema. Le siguen Rioacha (46,9% y 15,1%) Florencia (33,7% y 6,8%) Cúcuta (33,5% y 5,3%) y Valledupar (33,4% y 7,5%). A los altos índices de pobreza extrema se suman ciudades como Popayán con 8,1% y Santa Marta (7,4%).
Departamentos como Chocó, Guajira y Caquetá han manifestado por años la preocupación por los niveles de pobreza, pero también por la baja calidad en educación y salud que reciben, si es que reciben algún tipo de apoyo gubernamental. La corrupción también es otro de los flagelos que no permite el avance de la economía de los departamentos.
En contraste, Bogotá, Bucaramanga y Pereira son las ciudades con el menor número de pobreza con porcentajes de 12%, 12,4% y 12,7% respectivamente.
Las mayores carencias
El informe del DANE también reveló las privaciones de los hogares colombianos más altas en cuando a los indicadores de pobreza multidimensional.
El trabajo informal es uno de los flagelos que ataca con mayor agresividad a los colombianos. El porcentaje de personas en esta actividad alcanza el 72,7%.
El bajo logro educativo también reveló preocupación en los indicadores llegando al 43,4%, seguido del rezago escolar (29,3%).
Las falencias del sistema educativo se ven evidenciadas en el informe que demuestra las necesidades de realizar reformas estructurales en los programas educativos del país.
