Publicado: enero 3, 2018, 2:02 pm
Aunque algunos lo consideren una práctica en vía de extinción, el voluntariado se reinventa día a día y son cada vez más los jóvenes, niños, adultos, profesionales, vecinos de las comunidades, estudiantes, entre otros, quienes se movilizan para contribuir a una Colombia justa y en paz.
Daniela Carvajalino, directora Social de la Fundación TECHO, da a conocer cinco características de cómo, a partir de los cambios que ha experimentado el país en los últimos años a nivel social, político y económico, el voluntariado se ha transformado para responder a los nuevos desafíos de un país cuya paz está en proceso de construcción:
- Se compromete con la realidad del país. Más que ejecutar acciones aisladas, el compromiso con la realidad de su país hace que, hoy, los voluntarios se sumen a iniciativas de cambio social de manera permanente.
- Involucra a todos los actores de la sociedad. Aunque es una práctica más común entre jóvenes, el voluntariado es una forma de participación ciudadana que, sin distinción de edad, moviliza a personas que quieren hacer de Colombia una nación igualitaria, donde todos sus habitantes puedan ejercer sus derechos.
- Trabaja hombro a hombro con los beneficiarios. Atrás quedan las intervenciones asistencialistas. El voluntario involucra activamente a vecinos y líderes comunitarios, facilitando que sean ellos los protagonistas de su propio desarrollo.
- Cree en hacer posible lo que algunos dicen que es imposible. La convicción que genera el voluntariado, en tanto las personas encuentran a otras que también persiguen el mismo objetivo, permite mover las barreras de lo posible y, desde un trabajo colectivo, superar obstáculos y dificultades.
- Construye paz desde la empatía. El voluntariado suma esfuerzos y apoya las múltiples iniciativas gestión de paz en el escenario de posconflicto. La empatía será la base desde la que se construirá entendimiento y respeto por las diferencias, lo que se traduce en una mejor convivencia y trabajos articulados con fines comunes.
Según Daniela Carvajalino, “los voluntarios se caracterizan por ser impetuosos, por una energía inagotable y, quizás la más relevante de todas las cualidades: por su capacidad de organizarse para ser parte de la solución”. Asimismo, Carvajalino señala que “en los años de trabajo en Colombia, desde TECHO hemos sido protagonistas de un voluntariado que transforma realidades y que, desde la diversidad y pluralismo, compromete a las personas a hacer de nuestro país un lugar más inclusivo y equitativo».
