Por: Juan David Correa S.
Transcurría marzo de 2020 y el ambiente en el mundo de las inversiones se sentía tenso. Sabíamos de la existencia del COVID-19 en China y algunos analistas comentaban que los mercados eran complacientes, pero no pasaba nada en particular y los casos se presentaban de manera aislada en más países.
El fin de semana del 12 de marzo, se declaraba guerra de precios del petróleo que generó una alta volatilidad, haciendo que el WTI, de viernes a lunes, cayera cerca de un 30%, impactando el precio de la tasa de cambio en Colombia, así como otros activos.
El dólar pasó de negociarse de $3.300 a más de $3.500 en esos días, algo nunca visto. Por si fuera poco, esa semana la OMS declaraba el COVID-19 como pandemia y afectaba negativamente a los mercados.
En esos días cada noticia era más negativa que la anterior; los índices accionarios alrededor del mundo colapsaban: S&P 500 cayó 34% en 3 semanas; en Colombia el COLCAP alcanzó a estar -50%; la tasa de cambio llegó a negociarse encima de los $ 4.150 en los momentos de mayor tensión, e incluso la renta fija local, hoy de gran desempeño, también estaba en medio de un escenario de pánico, con las tasas subiendo más de 300 puntos básicos, implicando una caída en los precios de los títulos del 15% en cuestión de días.
Ante la incertidumbre, autoridades a nivel global empezaban a actuar decididamente. Los Bancos Centrales bajaron sus tasas de interés e implementaron medidas para generar liquidez en los mercados de capitales para evitar una crisis; y en los Gobiernos, cada país anunció estímulos fiscales para apoyar a hogares, empresas y sistemas de salud que enfrentaban una amenaza para la que no estaban preparados.
En medio de la pandemia y ante la contracción en el precio del petróleo y el nerviosismo por los resultados en los Estados Unidos, fuimos testigos de cómo se afectaban las condiciones política, social y económica de Colombia y del mundo. Los Fondos de Pensiones y Cesantías y los portafolios de ahorro e inversión, como los que administramos en Protección, no fueron ajenos a este comportamiento.
Sin embargo, con el pasar de los meses comenzaron a ceder los efectos de esta crisis así como el impacto sobre el ahorro. Aún faltaba una noticia respecto a la vacuna y esta llegó en noviembre, a los pocos días de conocer que Joe Biden sería presidente en EE.UU., impulsando así a los mercados desarrollados y emergentes, lo que nos permite mirar el 2021 con optimismo y nos ratifica la importancia, a la hora de gestionar las inversiones, de tener una visión de largo plazo pues justo en la maduración de las inversiones y en su adecuada diversificación es que se ha visto que los periodos de valorización son mayores a los de desvalorización.
Los aprendizajes que nos deja la pandemia ratifican también que la gestión de inversión con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo es la mejor manera de elevar los niveles de competitividad y generación de valor, tanto de las empresas como de los portafolios propios o administrados. Hoy es una realidad que, las compañías con mejores prácticas en temas de sostenibilidad han estado más preparadas para navegar la pandemia, ofreciendo mayor estabilidad en sus resultados.
Latinoamérica y Colombia gozan hoy de un interés que hace un mes era poco notorio. El dólar se debilitó ante las mejores expectativas de crecimiento global, la estabilidad en materias primas y menores tensiones entre China y EE.UU. por mencionar algunos factores.
Los aprendizajes que nos deja la pandemia ratifican también que la gestión de inversión con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo es la mejor manera de elevar los niveles de competitividad y generación de valor, tanto de las empresas como de los portafolios propios o administrados. Hoy es una realidad que, las compañías con mejores prácticas en temas de sostenibilidad han estado más preparadas para navegar la pandemia, ofreciendo mayor estabilidad en sus resultados.
Latinoamérica y Colombia gozan hoy de un interés que hace un mes era poco notorio. El dólar se debilitó ante las mejores expectativas de crecimiento global, la estabilidad en materias primas y menores tensiones entre China y EE.UU. por mencionar algunos factores.
Es probable que un evento como el de marzo se repita en los próximos años y es aquí donde debemos aplicar lo aprendido en la pandemia: invertir en función del perfil de riesgo, con objetivos y horizontes de inversión, y mantenerse firme en momentos de alta volatilidad.
En Protección, como Compañía experta en ahorro e inversión, estamos convencidos de la necesidad de salvaguardar los activos económicos, ambientales y sociales como requisitos para una economía saludable y para la generación de retornos atractivos, trascendiendo el enfoque de crear riqueza, a crear valor y bienestar.
Presidente Protección