Con la reactivación paulatina de sectores, algunas empresas están abriendo sus establecimientos y se enfrentan al reto de velar por la salud de sus empleados y clientes. En los próximos meses se podrá observar los movimientos estratégicos de las grandes cadenas y la industria considerados como oportunidades de cambio y mejora.
Las primeras decisiones están relacionadas con las medidas de higiene, los métodos de pago, entre otros. También es prioritario el esfuerzo por recuperar el ritmo de la cadena de suministro, fomentando el trabajo conjunto de proveedores y socios comerciales.
La situación actual afecta la existencia o el tamaño de las compañías. Unas tendrán que cerrar, otras deberán ajustar sus gastos e inversiones para agilizar los procesos de aprovisionamiento y compra de materiales, entre otros. La tendencia es incrementar la producción de cercanía.
Por otra parte, la reestructuración de la red de venta al por menor conducirá de forma ineludible hacia la transformación 100% digital. El incremento del comercio electrónico –con la mejora de los procesos logísticos a través de la robotización y la inteligencia artificial– y la modificación del rol de la tienda física serán otros de los cambios que veremos próximamente.
El nuevo consumidor
Cada vez más consumidores se cuestionan si otra moda es posible y si cabe en el futuro una nueva forma de relacionarse con la ropa. Entre las alternativas que no pocas marcas han empezado a ofrecer a sus clientes se encuentran una producción de calidad que incremente la durabilidad de las prendas.
Los departamentos de marketing también deberán transformar sus estrategias para no centrarse tanto en el “te voy a vender” como en el “te voy a escuchar y entender”. Las personas reclamarán menos presión y más atención.
Esta necesidad de mejorar la escucha a empleados y clientes pondrá a prueba a las empresas de moda, que conocerán mejor cómo son percibidas por su público e interpelará su capacidad de adaptación a dichos requerimientos.
Por otra parte, algunos minoristas están convencidos de que el mundo de confort cambiará en favor de un consumo más responsable y selectivo que reduzca la superproducción y ponga el foco en las personas, incrementando los servicios.
Otros piensan en cambio que es probable que volvamos a comprar de una manera masiva, algo que se verá especialmente favorecido por la guerra de precios que seguramente se desate al finalizar del confinamiento.
La industria vive, en definitiva, una oportunidad de cambio creativo para ofrecer nuevos valores y servicios a sus clientes, relanzando la esencia y propósito de cada marca en conexión con los objetivos estratégicos señalados.
*Tomado de: es.weforum.org