Publicado: enero 23, 2020, 12:24 pm
El crecimiento progresivo del desempleo en los últimos meses así como la disminución de la productividad laboral tienen en vilo al país y ha llevado a dar varias propuestas para una reforma laboral estructural.
De acuerdo con el último informe de Anif, los sobrecostos salariales de un salario mínimo están superando el 50% de los pagos de las empresas, uno de los más altos de la región, por ello proponen el desmonte del 4% de sobrecosto empresarial que representan las Cofamiliares y eliminar los intereses de las cesantías (equivalentes al 1% del valor de la nómina), dado que sus inversiones en AFPs ya reconocen intereses reales que han venido promediando un 3% anual en 2005-2018.
Esta propuesta fue bien vista por las entidades financieras y algunos congresistas que ven una salida viable para mejorar la productividad, incluso, de acuerdo con Anif este tipo de reducciones de 5 puntos porcentuales en costos no salariales ayudaría a elevar la formalidad laboral en cerca de +1,2 puntos porcentuales, así como se reduciría el desempleo en -0,64 puntos porcentuales.
Los que no lo vieron como algo positivo fueron las cajas de compensación que manifestaron su descontento a través de un comunicado de Asocajas. Adriana María guillén Arango, Presidente Ejecutiva de la asociación aseguró que «Eliminar este aporte empresarial pondrían en serios aprietos al sector vivienda, salud y educación con el cual indirectamente generamos de formalidad y acabaría de tajo con el acceso a recreación cultura y turismo para la población”.
Según Asocajas, más de 22 millones de colombianos están afiliados a una caja de compensación y su eliminación afectaría el acceso a subsidios de vivienda, educación y salud que tienen los empleados.
En su comunicado, la asociación asegura que es claro que para cerrar las brechas de la productividad y la formalidad en Colombia la reducción de costos es apenas una de muchas aristas, se debe partir de reconocer las múltiples causas de esta problemática y evaluar puntos álgidos de este fenómeno multidimensional como: promoción de la bancarización, calidad y pertinencia de la educación, mejoramiento de la infraestructura, el desarrollo tecnológico y claro la diversificación y la innovación que nos lleva discusiones más importantes como el valor agregado de la producción.
«Es cierto que es importante reducir el costo de crear empleo, pero también se debe ser cuidadoso al momento de decidir de qué costos prescindir, pues no podemos perder de vista la proporción del beneficio que se irradia a partir de este aporte a 22 millones de personas», concluyó Guillén.
