“Frustrados por el colapso de los sitios web de citas, la escasez de vacunas de Covid-19 y un mosaico de reglas de elegibilidad confusas, las personas con tiempo y dinero están viajando en busca de una vacuna que podría salvar sus vidas”, explicó un reporte de Bloomberg.
Con más de 24 millones de casos positivos y 406.000 muertos a la fecha, los turistas que buscan vacunas están apareciendo en Miami, en Hawái, en las ciudades de esquí en Colorado y en Nueva York, que ha recibido más dosis que Nueva Jersey o Connecticut, en el mismo estado.
Y aunque el citado informe destaca que no hay datos nacionales, los estados que llevan un registro sugieren que decenas de miles de estadounidenses sí están viajando para recibir la vacuna. “Más de 37,000 residentes de otros estados han recibido inyecciones de Covid-19 en Florida, según datos estatales hasta el martes. La cifra excluye a las personas que tienen segundas residencias o negocios en Florida, donde se ha vacunado alrededor de 1 millón”.
Según el rastreador de vacunas de Bloomberg, más de 17 millones de dosis habían sido administradas en Estados Unidos hasta el miércoles 20 de enero. Sin embargo, el turismo de vacunas genera preocupaciones sobre lo que les sucede a las personas que no tienen el dinero, o que no están lo suficientemente saludables, para viajar para vacunarse.
Pero también surgen cuestiones éticas sobre si es correcto apropiarse de una dosis destinada a una ciudad o estado específico. La industria del turismo -una de las más afectadas por la pandemia- no ha lanzado campañas de marketing, para evitar parecer partidario de eludir las reglas.
“Todo lo que podamos hacer para vacunar a más personas disminuirá la propagación de Covid”, señaló Marissa J. Levine, profesora de salud pública en la Universidad del Sur de Florida, citada por Bloomberg. «Pero estamos en una situación en la que la demanda supera la oferta de manera significativa, por lo que la gente se pone nerviosa si perciben que otros están llegando para recibir su vacuna, incluso si en realidad es toda nuestra vacuna».
Las vacunas son técnicamente propiedad federal que no pertenecen a ninguna localidad, lo que dificulta el cumplimiento de los requisitos de residencia, agregó Levine, quien trabajó durante cuatro años como comisionado de salud de Virginia.
Las ciudades de esquí han intentado limitar la vacunación a los residentes, con cierto éxito, para garantizar que la gente todavía esté cerca para recibir su segunda vacuna unas semanas después.
El condado de Pitkin de Aspen dice que las personas elegibles para la vacuna deben vivir o trabajar allí.
El condado de Summit, Utah, hogar de Park City, Deer Valley y otras estaciones de esquí, dijo que está alentando a los trabajadores de fuera del condado a que se vacunen en sus lugares de origen, dijo el portavoz del Departamento de Salud del condado de Summit, Derek Siddoway. «Sin embargo, no rechazaremos a nadie», concluyó el mismo reporte.
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