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¿Qué pasará con el dólar en el segundo semestre?

En los últimos seis meses se redujo la correlación entre el precio del petróleo y la tasa de cambio. Hoy, pesan más factores externos como una eventual guerra comercial y subidas de tasas de interés en Estados Unidos.

Foto: Pexels.com

Publicado: junio 27, 2018, 7:16 am

“Los $3.000 por dólar son los nuevos $2.000”. La frase, contenida en algún análisis económico, refleja muy bien la situación a la que se ha visto abocada la economía colombiana tras el fin del ‘super ciclo de las materias primas’, a mediados de 2014.

Después de cotizarse por debajo de $2.000 entre 2011 y 2013, en 2015 el precio promedio de la tasa de cambio fue de $2.743; en 2016 de $3.051; en 2017 de $2.951, y en lo corrido del año hasta el 8 de junio de  $2.858, aunque desde entonces ha habido mucha volatilidad cotizando por encima de $2.900.

Pero, ¿qué ocurrirá en los próximos tres y seis meses? Aunque predecir la tasa de cambio es tan difícil como varticinar el clima o los resultados del fútbol, la última Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo arroja luces y subraya cómo en lo corrido de junio la tasa de cambio se devaluó alcanzando un valor máximo de $2.932 pesos por dólar el 20 de junio.

En ese sentido, los mismos analistas proyectan una tasa de cambio entre $2.850 y $2.935 para los próximos tres meses (con $2.880 como promedio) y para el cierre de 2018 el 50% de ellos prevé un dólar entre $2.860 y $2.950, con $2.900 como promedio.

“Los últimos seis meses han sido bastante atípicos en cuanto a la relación entre el petróleo y el peso colombiano, ya que después de una correlación con el petróleo bastante ordenada por 16 años, con un precio del barril Brent a USD75 el dólar debería estar por debajo de $2.600 e incluso más cerca a los $2.200”, explica Felipe Campos, de Alianza Valores, cuyo precio de equilibrio oscila entre $2.700 y $2.900.

Sin embargo, a juicio de otros analistas como Daniel Velandia, de Credicorp, la disminución del déficit en cuenta corriente en el primer trimestre del año (3,1% del PIB, similar al promedio del período 2010-2013), sumada a la menor incertidumbre política por la elección de un presidente pro-mercado, podrían beneficiar al peso en el corto plazo, lo que se traduciría en un mejor comportamiento frente a otras monedas emergentes e, inclusive, la posibilidad de una apreciación adicional.

Aun así, Velandia mantiene un pronóstico de 2.900 para final de año debido a factores externos principalmente, tales como los riesgos de una guerra comercial y aumentos en las tasas de interés en Estados Unidos.

De modo que si está planeando algún viaje o compras en el exterior, este puede ser un buen momento para comprar los dólares que necesite, ya que es poco probable que el precio baje en los próximos meses.

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