Con la declaración de las disidencias de volver a la guerra, el paÃs ha tenido que vivir una verdadera encrucijada pensando en el futuro y en lo que se podrÃa desarrollar en los próximos meses.
En este sentido, El Observatorio Colombiano de Crimen Organizado de InSight Crime y la Universidad del Rosario analizaron los tres posibles caminos a los que se podrán enfrentar los colombianos frente a las disidencias de las Farc.
1. El mejor escenario: Las ex-FARC mafia desaparecen gradualmente
Esta serÃa la continuación de las mejoras graduales que Colombia ha experimentado desde mediados de la década de los noventa, cuando existÃa el temor de que las FARC pudieran tomar el poder y el paÃs se convirtiera en un narcoestado. Siempre habrá obstáculos en el camino, pero a largo plazo ha habido mejoras graduales en términos de reducción de los homicidios, respeto de los derechos humanos, desarrollo económico y mayor presencia estatal en todo el paÃs. En este escenario, el gobierno de Duque puede estar en una mejor posición de la que ha tenido hasta la fecha, y por lo tanto implementar muchas de las polÃticas establecidas en el Plan de Seguridad y Defensa anunciado por el presidente en febrero de 2019. Si bien las ex-FARC mafia no serÃan erradicadas durante la administración Duque, se debilitarÃan gradualmente y perderÃan relevancia con el tiempo.
2. El peor escenario: El renacimiento de un ejército insurgente a nivel nacional
En este escenario, Colombia da un gran retroceso en materia de seguridad, y las ex-FARC mafia logran restablecerse como una fuerza insurgente a nivel nacional, tal vez en alianza con el ELN, con firmes vÃnculos con Venezuela y con presencia en dicho paÃs. La administración Duque sigue debilitando el acuerdo de paz, lo que mueve a más exguerrilleros a las disidencias, a la vez que no logra generar respuestas innovadoras para mejorar la seguridad ni para debilitar las economÃas ilegales.
3. Predicciones de InSight Crime: Una federación criminal
Maniatada por la falta de recursos, fustigada por la crisis de Venezuela e incapaz de obtener nuevos fondos importantes de Estados Unidos, la administración Duque cuenta con pocas opciones.
Las ex-FARC mafia van a crecer en los próximos dos años. Gracias a las boyantes economÃas criminales y al refugio con el que cuentan en Venezuela, los disidentes tienen mucho más margen de maniobra que el gobierno.
Sin embargo, las FARC no están renaciendo. No habrá un nuevo movimiento insurgente unificado bajo el mando de Iván Márquez. A lo más que pueden aspirar es a una federación criminal que preste servicios a la antigua ideologÃa y disciplina de las FARC, y que coopere. Es probable que haya conflictos en las ex-FARC mafia, asà como hubo combates entre diferentes facciones paramilitares de las AUC. Ya hay acuerdos con miembros del ELN, y estos continuarán, pero es muy poco probable que se llegue a una alianza efectiva con dicho grupo.
El futuro de las ex-FARC mafia está claramente en manos de la administración Duque. Pero el control del gobierno desde 2018 no ha sido el más firme. Ha enfrentado una serie de derrotas en el Congreso, en la Corte Constitucional y durante las recientes elecciones regionales, por parte del electorado. Necesita encontrar una base más firme y reflexionar bastante, asà como suficientes recursos, para contener la amenaza que representan las ex-FARC mafia.
Si logra hacer esto último, entonces los disidentes quedarán relegados a las zonas más remotas del paÃs, principalmente a las fronteras. Si no pueden unirse, y si el gobierno tiene una estrategia coherente, puede empezar a ir tras las unidades disidentes y tras cada uno de sus lÃderes.
Venezuela es sin duda un comodÃn, pero no hay mucho que Colombia pueda hacer, excepto asegurarse de que no se desplieguen tendencias militares radicales o tácticas torpes para eliminar a Maduro. Estos podrÃan provocar conflictos civiles, lo cual, a largo plazo, podrÃa significar para Colombia un desafÃo aún mayor que la crisis actual.
Colombia está padeciendo la peor parte del colapso de Venezuela, y gran parte de esta carga la está llevando sola. El futuro de las ex-FARC mafia y el de Venezuela están entrelazados. Colombia requiere paciencia, prudencia y astucia para manejar esta crisis y asegurarse de que no empeore.