Por Gerencia de Investigaciones Bancolombia
Con motivo de los resultados de las exportaciones de marzo, que dieron cuenta de un notorio crecimiento de casi 39% anual, quisimos dar una mirada al comportamiento de las ventas al exterior diferentes a petróleo. Este es un tema relevante, no solo porque las cifras totales están muy influenciadas por el comportamiento del crudo. Tal vez lo más importante es que el desplome de los precios de este entre 2014 y 2016 y el corto horizonte de nuestras reservas petroleras hacen indispensable la tarea de diversificar la oferta exportable del país.
Las buenas noticias empiezan con que en el semestre móvil octubre 2016 – marzo 2017 el valor de las exportaciones no petroleras creció 22,3% anual, la mayor variación observada desde 2014. Sin embargo, lo más destacado de esta expansión es que ha sido jalonada por los volúmenes de ventas. En efecto, las toneladas exportadas crecieron en el periodo mencionado 22,5%, con lo que completaron 8 meses consecutivos de variaciones anuales de dos dígitos.
Por su parte, después de registrar fuertes descensos hasta finales de 2015, el comportamiento de los precios implícitos de las exportaciones no petroleras se ha estabilizado. Durante 15 meses consecutivos estas cotizaciones cayeron, y en los dos últimos meses su cambio ha sido levemente positivo.
Los resultados anteriores son sin duda alentadores. Sin embargo, ¿qué desafíos traen implícitamente? El primero es que para que las exportaciones no petroleras vuelvan a los valores absolutos observados hace algunos años hace falta un esfuerzo adicional importante. Para poder retornar al máximo de US$29.129 millones exportados entre mediados de 2011 y 2012 y asumiendo que los precios se mantengan estables, en lo que resta de 2017 el volumen de exportaciones diferentes a crudo tendría que expandirse 39%, casi el doble de lo que ha visto recientemente.
El segundo desafío es que la recuperación sigue concentrada en bienes básicos. Esto queda reflejado en que el 75% del crecimiento anual de las exportaciones en marzo provino de carbón, café, oro y esmeraldas. Desafortunadamente las ventas al exterior de exportaciones manufactureras no basadas en recursos naturales tuvieron el mes pasado un descenso de 9%.
En conclusión, el panorama exportador colombiano diferente al petróleo ha emitido en los últimos meses algunas señales favorables. A pesar de ello, para que el repunte sea sostenible y genere un verdadero salto tanto cuantitativo (para ver y posteriormente superar los registros históricos) como cualitativo (logrando una diversificación más allá de las materias primas) todavía hace falta recorrer un amplio trecho.