Publicado: febrero 1, 2018, 3:25 pm
Las elecciones presidenciales a llevarse a cabo próximamente en América Latina presentan riesgos para las reformas fiscales y estructurales de la región. Es posible que los nuevos gobiernos estén menos comprometidos en buscar reformas ambiciosas tras varios años de bajo crecimiento. Aún si continuara un compromiso por lograr reformas, su implementación podrÃa ser difÃcil debido a la falta de apoyo polÃtico, señala Moody’s Investors Service en un nuevo reporte.
Los casos de supuesta corrupción contra funcionarios electos y el débil desempeño económico de la región en general, han incentivado el descontento con los gobiernos actuales. Ante este escenario, han surgido candidatos que se oponen a las reformas de cara a las elecciones presidenciales de 2018 en Brasil (Ba2 negativa), Colombia (Baa2 estable) y México (A3 negativa). Algunos de ellos son personajes nuevos de la polÃtica o no tienen afiliación con partidos polÃticos tradicionales, y promueven polÃticas que chocan con las de los partidos establecidos.
«Esto hará que las polÃticas sean menos predecibles y afectará negativamente el sentimiento comercial y de consumo, asà como también se afectará el gasto de inversión», señala Samar Maziad, una Vice President de Moody’s.
Dada la popularidad de estos candidatos en México y Brasil, ambos paÃses enfrentan un mayor riesgo de reversión de polÃticas que pudiera perjudicar la consolidación fiscal y los esfuerzos de reformas estructurales. En estos casos, ciertas caracterÃsticas institucionales tales como la composición del Congreso, pesarán en la capacidad de los nuevos gobiernos para implementar sus respectivas agendas polÃticas.
En Colombia por otro lado, y a pesar del creciente descontento con el actual gobierno, las caracterÃsticas institucionales y el apoyo de los principales candidatos presidenciales en cuanto al tema de polÃticas fiscales prudentes, contribuirán a la continuidad de polÃtica pese a la polarización que existe entre los candidatos. No obstante, esperamos que la consolidación fiscal avance a un ritmo menor debido al crecimiento persistentemente bajo.
