El sector de confecciones y calzado no ha tenido un buen año. De acuerdo con un estudio realizado por Fenalco, el aumento de aranceles, las bajas ventas, las actividades proteccionistas, entre otros aspectos, están afectando a la industria.
Hernando José Gómez, exjefe negociador del TLC con Estados Unidos y consultor privado, realizó un estudio para determinar los retos que tiene esta industria en el país. Lea también: 15% ha crecido la importación de materias primas para calzado desde Brasil
De acuerdo con el análisis, uno de los problemas está relacionado con la desinformación frente a los temas de empleo.
El sector manufacturero de confecciones genera 250.000 empleos directos y no 1.800.000 como se divulgó en días pasados, en medio de lo que la ex ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture denominó un contexto de “desinformación”.
“En otras palabras, las líneas de generación de empleos entre manufactura y comercialización de confecciones y calzado se acercan cada vez más, luego cualquier medida que espere tener efectos sobre la industria debería tomar en consideración la generación de empleos directos que deriva de ambas actividades”, agrega Gómez.
Bajas ventas afectan producción
Por otra parte, hay una relación directa entre la producción de confecciones y calzado y las ventas.
“En la industria confecciones y comercio están estrechamente relacionados, una caída en el consumo como la que hoy estamos viviendo afecta por igual a ambos sectores. Importantes referentes del comercio han manifestado esta semana que sus ventas no pasan por un buen momento. Pese a esta situación coyuntural, el comercio se mantiene optimista, continúa invirtiendo y creciendo, lo mismo que generando nuevas fuentes de trabajo”, dice el estudio.
Las soluciones a este complejo panorama que plantean algunos de los confeccionistas nacionales enfatizan el fortalecimiento de las barreras arancelarias, no obstante, el estudio advierte que de acogerse los incrementos arancelarios que han sido puestos sobre la mesa (10 puntos), el colombiano sentiría un aumento equivalente a 7% en los precios del vestuario, impactando en 0.35% el Índice de Precios en el Consumidor (IPC), alza equivalente a la que ha tenido el vestuario en 7 años. Ello lejos de contribuir a la oferta local, podría prolongar el círculo negativo en la industria (menor consumo, menor comercialización, menor producción, menor generación de empleos) e incentivar el contrabando y la subfacturación, un flagelo que ataca a todos los actores de la ecuación. Le puede interesar: Se equilibra la balanza en el sector textil
En este sentido el estudio señala que los aranceles bajos desincentivan el contrabando motivo por el cual un bajo nivel de los mismos y un adecuado control a la subfacturación de importaciones de confecciones y calzado es la combinación óptima de cara a la competitividad de los productores nacionales y de la industria como un todo.
Más problemas para las confecciones y el calzado
El sector de confecciones y calzado también tiene otros asuntos por los cuales preocuparse: baja productividad del sector, asociada a la baja acumulación de capital humano calificado y el también bajo nivel de inversión. Lo anterior se expresa de la siguiente manera: tan solo el 9,3% de los empleados en manufacturas de confecciones y calzado son técnicos o tecnólogos, otro 12,6% pertenece a las áreas de administración y ventas, mientras que el promedio de la industria manufacturera nacional alcanza los 13,3% y 31,2% respectivamente.
En otras palabras, la mano de obra empleada en este sector es sustancialmente menos calificada que la ocupada en el resto de la industria manufacturera, lo cual impacta negativamente la productividad del sector.
Los números en materia de inversión en el sector como proporción del valor agregado también son desalentadores, pues representan el 7,7%, mientras que el promedio manufacturero alcanza el 18,9%. Este bajo nivel de inversión se traduce en falencias en infraestructura y atrasos tecnológicos que limitan las posibilidades de crecimiento local y la competitividad internacional del sector.
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