De acuerdo con el reciente reporte sobre ‘El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe’ del Banco Interamericano de Desarrollo, en los últimos 40 años, el número de maestros, médicos y enfermeros en la región se ha cuadriplicado. También, sus ingresos han crecido de manera notable en los últimos 15 años, tanto en términos reales como en relación con lo que se observa en otras ocupaciones.
Hoy, tres de cada cuatro profesionales de la educación y la salud en la región son mujeres. De todas las profesionales que hay en la región, el 22% trabaja en el sector social. Al igual que en otras regiones, las mujeres ganan menos que los hombres. Sin embargo, la brecha salarial de género entre los trabajadores con educación postsecundaria es menor en los sectores sociales (alrededor del 10%) que en otras ocupaciones (28% en promedio).
¿Qué pasará con estas profesiones?
Los empleos en educación y salud son empleos de buena calidad, especialmente para mujeres. Y van a seguir creciendo. Las proyecciones del BID indican que, bajo supuestos razonables, la región necesitará 10,3 millones de maestros, 2,4 millones de médicos y 6,2 millones de enfermeros en los próximos 15 años. Es decir, el empleo de los profesionales de la educación y la salud casi se duplicará.
¿Qué explica este crecimiento esperado en el número de maestros, médicos y enfermeros? Las razones básicas son tres. Primero, a diferencia de los trabajos en muchas otras ocupaciones, los empleos del sector social tienen una baja probabilidad de ser automatizados. Muchas de las tareas que realizan maestros, médicos y enfermeros exigen una serie de habilidades interpersonales que difícilmente pueden ser reemplazadas por la inteligencia artificial. (Lea también: ¿Cómo será el trabajo del futuro?)
Segundo, América Latina y el Caribe se encuentra en un proceso de envejecimiento muy acelerado. Por ejemplo, en Chile la proporción de adultos mayores de 65 años se duplicará en los siguientes 20 años, pasando del 10% al 20% de la población; una
transición que en Alemania duró 60 años (entre 1950 y 2010). Este segmento de la población requiere de más servicios de salud y cuidado, y esto, a su vez, se traducirá en una mayor demanda de profesionales de la salud y del cuidado.
Por último, a pesar de los avances en la cobertura del sistema educativo, todavía hay margen para aumentar la matrícula, en particular, en preescolar y secundaria. Además, estimamos que, como ha sucedido hasta la fecha, el número de niños por maestro continuará disminuyendo. Estas dos tendencias —el incremento en la matrícula y que haya menos niños por maestro— se traducirán en un aumento en la demanda de maestros en la región.
En resumen, se esperan aumentos notables en la demanda de servicios de salud y educación. Además, una proporción importante de los médicos, enfermeros y maestros que hay hoy en la región pasarán a la edad de jubilación en los próximos años. Estos cambios implican que una tercera parte de los maestros que habrá dentro de 15 años, y casi dos terceras partes de los médicos y enfermeros, son personas que todavía no han empezado su vida laboral. Más de la mitad de ellos ni siquiera han comenzado a estudiar su carrera. La clave es asegurar que estos nuevos profesionales tengan las habilidades y la formación que necesitan para ser los maestros, médicos y enfermeros del futuro.