Siendo un requisito por ley, el SOAT solo está presente en un 43% del parque automotor nacional, según cifras del Registro Único Nacional de Tránsito (Runt) en 2017. Desde octubre del año pasado, su expedición electrónica permite que los conductores puedan portarlo en su dispositivo móvil, esto no solo permite al conductor tener su SOAT a la mano en todo momento, incluso las autoridades tienen un registro del vehículo sin necesidad de pedir el comprobante.
En el país existe la creencia que el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT) es suficiente para atender todos los inconvenientes que surjan de un accidente, sin embargo, esta póliza se encuentra limitada en coberturas y valor, pues solo cuenta con gastos médicos, hospitalarios, quirúrgicos, farmacéuticos, funerarios e incapacidad permanente de las personas involucradas en el siniestro.
En el caso del seguro todo riesgo, cifras de Fasecolda registraron, que solo un 38.7% de los automóviles registrados ante el Runt tenía un seguro voluntario el año pasado. A diferencia del SOAT, este tipo de póliza se caracteriza por ofrecer diferentes coberturas y servicios según necesidades e ingresos, que se pueden cotizar, comparar y comprar fácil y rápidamente.
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Adquirir un seguro todo riesgo tiene sus beneficios y tal vez la más importante dentro de sus coberturas básicas es la Responsabilidad civil extracontractual, que incluye muerte y lesión de terceros, así como daños ocasionados a bienes y personas. Adicional, el seguro todo riesgo cubre tanto las pérdidas parciales y totales por daños al vehículo como por hurto.
Los seguros de automóviles incluyen una serie de servicios adicionales que van desde gastos de transporte hasta asistencias jurídicas de tipo legal y penal. Otras coberturas incluyen la pérdida de llaves, vehículo de reemplazo, conductor elegido, así como asistencia de grúa, carro taller, viaje, odontológica, orientación telefónica para trámites de tránsito, informe del estado de las vías y situaciones como llantas estalladas.
No contar con el SOAT es estar expuesto ante multas y gastos imprevisibles por un accidente vehicular. Pero no contar con un seguro todo riesgo es no tener la protección complementaria e integral que puede ofrecer una aseguradora, recuerde que es mejor contar con un seguro y no necesitarlo, a no tenerlo y necesitarlo.