Aunque no es el primer llamado que hacen los cafeteros para solucionar la difícil situación a la que se están enfrentando el sector, lo cierto es que hay una preocupación a nivel mundial por el descenso progresivo del precio del grano, que tiene a más de 25 millones de familias productoras en jaque.
De acuerdo con declaraciones radiales entregadas por Roberto Vélez, Gerente General de la Federación Nacional de Cafeteros, el año pasado el sector facturó 7,5 billones de pesos en ventas, sin embargo, según las perspectivas del gremio, este año no se llegará a los 6 billones de pesos. “estos son más de 1.5 billones de pesos que perderá el sector y que inevitablemente afectará la actividad”, afirmó Velez.
Aunque el gerente aseguró que hubo una mejora con la devaluación del peso. “Este porcentaje no alcanza para compensar lo ocurrido con el café, es bueno, pero no es suficiente” y añadió que: “lo bueno es que nos hemos mantenido en una línea de 14 millones de sacos producidos, no más ni menos, lo que nos aporta a seguir por esa línea de crecimiento”.
Sin embargo, no todo es malo y el sector se prepara para lanzar alternativas que mejoren la productividad de los caficultores. Una de ellas, con la que se ha trabajado con el Ministerio de Agricultura es la renovación de los cafetales y la disminución de los precios de los fertilizantes.
Por otra parte, se redoblarán esfuerzos en los programas de cafés especiales y de alta calidad, que se traducen en mejores precios para los productores y los blindan de los vaivenes del precio internacional.
Dentro de las posibles salidas también está la comercialización de la cáscara de café. Esta es una alternativa que surgió en El Salvador. La necesidad de reinventarse de la industria, no solo en Colombia sino en el mundo entero, ha hecho que los café premium y de lujo, que requieren un trabajo más preciso de trilla y tostado, sean el mercado al cual le estén apuntando los productores, más aún hoy en día, cuando la producción en Colombia ha llegado a límites muy inferiores y donde se ha hecho necesario disminuir al mínimo los costos productivos.
La cáscara de café se ve entonces como una posible salida económica sustentable para los productores. De acuerdo con las cifras, la libra de cáscara de café se está comprando en aproximadamente siete doláres, mientras que una libra en grano cuesta 1.5 dólares.
Otro tema en el que se está trabajando es en el Fondo de Estabilización de Precios. “Estamos haciendo esfuerzos para reducir costos y precios en optimización de producción, con eso podemos mejorar las cifras.
Finalmente, Vélez hizo un llamado a la comunidad internacional para que se lancen salvavidas urgentes para los caficultores del mundo. “la FNC seguirá haciendo énfasis en la necesidad de un mayor compromiso de la industria para un mejor ingreso a los productores, pues es lo único que garantiza la continuidad del suministro del grano y la sostenibilidad de la industria en su conjunto”, concluyó.
Algunas cifras para destacar
· El precio internacional de referencia para los cafés suaves (Contrato C) completa 22 meses cayendo sistemáticamente, lo que lo ha llevado de 160 centavos de dólar por libra en noviembre de 2016 a cerca de 108 en julio de 2018.
· Esta situación se ha intensificado en lo corrido de agosto, con una caída del 22% con respecto a agosto-17, registrando un promedio de 105 centavos de dólar por libra y un mínimo de 97,25. Desde agosto de 2006 el Contrato C no caía por debajo del dólar por libra.
· El precio interno base de compra (compuesto por el precio del Contrato C, el diferencial por calidad y la tasa de cambio) ha caído cerca de 19% en el último año. Esto significa que los productores han recibido en promedio cerca de 166 mil pesos por carga menos, al pasar de $851 mil en agosto de 2017 a $685 mil el 21 agosto de 2018.
· Como consecuencia de la caída del precio interno del café, para el 2018 se estima que el valor de la cosecha cafetera sea 1,5 billones de pesos menosque el valor registrado en 2017 (7,5 billones de pesos), lo cual tendrá un impacto económico negativo en las regiones cafeteras y para el país en su conjunto.
· La tasa de cambio ha amortiguado la caída del precio externo del café, evitando que su impacto sobre el precio interno sea mucho mayor. Sin embargo, la volatilidad de esta variable y su estrecha correlación con el comportamiento del precio del petróleo es una fuente de inestabilidad para los ingresos cafeteros.