Como lo venían asegurando las encuestas, los resultados fueron los esperados: el candidato del Centro Democrático, Iván Duque, obtuvo el máximo de los votos (7.569.693, es decir, el 39,1%) y Gustavo Petro, de la Colombia Humana, el segundo lugar con 4.851.254 votos (25,1%).
Sin embargo, el verdadero misterio de la segunda vuelta será la decisión que tomen los simpatizantes de Sergio Fajardo, que quedaron ‘desinflados’ al perder por solo 261.558 votos la posibilidad de disputar la presidencia y que ahora no saben qué camino tomar. Por su parte, el candidato aseguró que se mantendrá firme a su palabra y no apoyará a ninguno de los dos contendientes.
Para el docente de la Universidad Nacional Marco Romero, no es claro para dónde irán los más de seis millones de votos que sacaron Fajardo y Vargas Lleras, en la medida en que, a pesar de los resultados registrados, Colombia es un país de una marcada tradición clientelista en el que la carrera administrativa no opera ni siquiera en la Registraduría Nacional del Estado Civil.
El voto en blanco, pese a que la Registraduría aseguró que no tiene validez, está tomando fuerza entre los partidarios de Sergio Fajardo. El núcleo duro del fajardismo asegura que, al ser una propuesta de centro, no se siente identificado con las posiciones que representan Iván Duque y Gustavo Petro, por lo cual su primera opción es el voto en blanco.
Sin embargo, en concepto del profesor Mauricio Reyes, mientras que los votos de Fajardo tomarán los caminos de la izquierda y la derecha, resulta claro que los seguidores de Germán Vargas Lleras terminarán engrosando el caudal electoral de Iván Duque, por lo que, a los siete millones y medio de votos del candidato del Centro Democrático, se le sumaría el millón y medio de Vargas Lleras.
Para el profesor Gustavo Puyo, la segunda vuelta también estará enmarcada en la necesidad de captar la atención de los abstencionistas, ya que a pesar de la votación histórica del domingo (19.636.714, equivalente a un 53,38%), el potencial electoral es de 36.227.267.
Para Gustavo Petro, ganar representa una carrera contra el tiempo en la búsqueda de alianzas. Moderar su discurso y jugar estratégicamente para poder ampliar su propuesta política y llegar a los votantes indecisos; en ello, las redes sociales y la campaña contrarreloj serán fundamentales.
Bogotá es quizá el reto más grande que tiene Gustavo Petro pues, a pesar de que aumentó la votación con respecto a cuando fue elegido alcalde, en la capital del país se impuso el Fajardismo.
Para Duque, el principal desafío es enfatizar su mensaje de que «la esperanza está por encima del odio de clases» y para la segunda vuelta, «dejar en claro que va a gobernar para todos y todas» y que no aplicará el espejo retrovisor.
Para el profesor Édgar Ramírez, aunque la centro derecha ha salido fortalecida, los resultados obtenidos por Sergio Fajardo muestran un avance del voto independiente, “que sin embargo no sería endosable a la candidatura petrista, en virtud de las viejas diferencias que incluso determinaron su salida del Polo Democrático Alternativo”.
La implementación de los acuerdos de paz, la reactivación de la economía, la diversificación de las exportaciones, el asunto de la propiedad de la tierra y la reforma pensional, serán algunos de los temas fundamentales de la agenda política que podrían definir el rumbo de los votos de Sergio Fajardo. Los analistas coinciden en que las opiniones de los candidatos en este sentido podrían reconfigurar el voto.
En 15 días, los dos candidatos deberán jugar sus cartas para convencer a los millones de simpatizantes fajardistas que hoy en día están viviendo el limbo político.