Las prácticas de corrupción por estos días se asocian en su mayoría al sector público y a los políticos que por años han llevado la bandera de los negocios “turbios”. Sin embargo, según la Quinta Encuesta Nacional de Prácticas contra el Soborno en Empresas Colombianas, realizada por la Universidad Externado y Transparencia por Colombia, la percepción de corrupción en los negocios en las empresas ha aumentado.
690 empresarios de Barranquilla, Bogotá, Bucaramanga, Cali, Ibagué, Medellín, Pereira y Tunja, hicieron parte de la muestra y los resultados ratifican la necesidad de que el sector privado se movilice contra el soborno y la corrupción, así como fomentar una cultura de principios y de prácticas que permitan mitigar los riesgos de corrupción en la gestión empresarial y promover la denuncia e incrementar el acceso a la información a los grupos de interés.
Según los empresarios, las modalidades más usadas de soborno son los pagos para agilizar trámites (67%) y el cierre de negocios o contratos (53%). En el actual contexto electoral, preocupa que el 51% de los empresarios considere que las contribuciones a campañas políticas es una de las formas más comunes de soborno.
Esto, sumado al bajo porcentaje de las empresas que llevan un registro contable exacto de las contribuciones políticas (8%), representa un riesgo de corrupción alarmante con miras a las elecciones legislativas y presidenciales del 2018. “Estos resultados indican que el soborno se constituye en el país como una práctica recurrente y prácticamente institucionalizada”, dice Gustavo Yepes, profesor de la Universidad Externado de Colombia y director de la investigación.
El 96% de los empresarios percibe que se ofrecen sobornos en el entorno de negocios, este porcentaje aumentó un 5% con respecto a la encuesta del 2014. Así mismo, el 63% de los encuestados considera que la principal motivación para ofrecer sobornos a funcionarios del sector público es obtener
negocios.
Andrés Hernández, Director Ejecutivo de Transparencia por Colombia, indica que “la integridad y los principios éticos deben estar presentes en todas las acciones realizadas por la empresa, pero principalmente en su relación con el sector público. Es fundamental asegurar sistemas de integridad corporativa que cuenten con mecanismos anticorrupción para detectar, investigar y sancionar prácticas corruptas en todos los ámbitos de los negocios”.
¿Qué están haciendo los empresarios?
A pesar de lo anterior, el 65% de los empresarios encuestados considera importante implementar prácticas y fortalecer los sistemas de integridad corporativa para mitigar cualquier riesgo de corrupción en la gestión empresarial. Más concretamente, el 47% de empresas priorizan dentro de su planeación estratégica acciones contra el soborno, mediante la construcción, implementación y capacitación de los sistemas de integridad corporativa. Este porcentaje se incrementó en 9 puntos en comparación con los resultados del 2014, lo cual indica una mayor atención de las empresas a la afectación que la corrupción les genera.
Para los empresarios, los incentivos para implementar buenas prácticas empresariales de prevención del soborno son el sentido ético para la sostenibilidad de los negocios (65%), la reputación empresarial (60%) y las relaciones comerciales a largo plazo (41%). El reto es avanzar hacia un cambio en la cultura organizacional.