Publicado: mayo 16, 2017, 9:38 am
Desde hace tres días la tensión se ha apoderado de los habitantes de Acacías Meta. De acuerdo con la información reportada por Ecopetrol, una ola de ataques contra los trabajadores y la infraestructura del oleoducto que está ubicado en esta región del país tienen en velo no solo la producción de crudo sino también la seguridad del territorio.
Encapuchados ingresaron al taladro Independence 204 ubicado en la vereda El Triunfo, en Acacías, y amenazaron e instaron a los trabajadores que se encontraban de turno a salir de la locación y abandonar la operación. Así mismo, en las últimas horas fue quemada una camioneta al servicio de Ecopetrol y fueron abiertas las válvulas de varios pozos, lo que originó un derrame de crudo que no se ha podido controlar, porque los manifestantes impiden el ingreso de las cuadrillas de atención de emergencias. El derrame de crudo podría llegar al caño Danta, que a su vez desemboca en el río Orotoy.
Los protestantes están en desacuerdo con la puesta en marcha del Decreto 1668 de 2016, en el que se establece la zona de influencia del municipio para la contratación de la mano de obra local, dentro de las políticas de contratación laboral transparente y gratuita.
La tensión que se vive en el departamento del Meta no es ajena a la que se ha vivido desde hace varios años en el país y que culpa a la industria de la minería y los hidrocarburos. Desde debates ambientales, como el que llevó a las urnas a los habitantes de Cajamarca que le dieron un rotundo No a la construcción de una mina de oro a cielo abierto en su departamento, hasta las protestas políticas con respecto a la llegada de multinacionales de esta industria.
En este sentido, el Gobierno ha reaccionado asegurando que la industria de la minería y los hidrocarburos está sufriendo una transformación en la que espera ser transparente y generar productividad ante este sector económico que jalonea casi el 4% del PIB nacional.
El Viceministro de Minas, Carlos Andrés Cante, explicó que son precisamente estos recursos los que se han puesto en riesgo por cuenta de las acciones violentas que impactan de forma negativa la productividad del sector. “En un escenario de paz, sin atentados, se aumentará la productividad del sector de minería e hidrocarburos: más producción significa mayores ingresos corrientes para la Nación y las regiones, desarrollo, competitividad y equidad”.
Los compromisos del Gobierno
De acuerdo con el presidente Santos, la explotación minera es fundamental para el crecimiento de la economía del país. De 35 pozos de exploración en Colombia, 13 tienen vocación de gas y de esos, 5 son costa afuera.
“Estas exploraciones y descubrimientos para el país representan algo muy importante. Por un lado, significa que tenemos más energía, pero al tiempo más crecimiento, más empleo”, expresó.
La política que ha puesto en marcha el país para incentivar la llegada de inversión extranjera, que el año pasado se acercó a los USD$14.000 millones.
Además del crecimiento económico y la atracción de inversión extranjera, el Gobierno asegura que la construcción de la paz y el proceso sociopolítico del posconflicto hace de la economía minero energético un motor en marcha.
El Viceministro de Minas Carlos Andrés Cante explicó cómo el sector minero energético aporta al desarrollo social y económico equitativo del país, erradicando la pobreza y promoviendo la igualdad, gracias a los multimillonarios aportes que dejan las regalías con las que se financian los programas sociales que benefician a los colombianos de los estratos más vulnerables.
“Este sector aportó 126 billones de pesos en los últimos cinco años para financiar los programas sociales y de infraestructura, como las carreteras 4G y las viviendas de interés social que han mejorado la calidad de vida de millones de colombianos”, afirmó Cante.
Riesgos ambientales, principales oponentes de la minería
Sin embargo, y a pesar de los impulsos al sector minero en el país, todavía existen muchos oponentes que se basan fundamentalmente en el factor ambiental.
Se puede resaltar el caso del páramo de Santurbán donde la comunidad ha sido enérgica en rechazar la construcción de la mina de oro cerca de la zona. Para esto, la Sociedad Minera de Santander -MINESA- firmó ante el gremio de industriales, autoridades nacionales y locales, el compromiso de oro para desarrollar un proyecto de minería que cumpla con los más altos estándares de sostenibilidad ambiental y de responsabilidad social.
En el compromiso, Minesa se comprometió a: “Respetar los límites del páramo de Santurbán: El proyecto está diseñado para que en cualquiera de sus dimensiones se encuentre separado de la línea de páramo. El páramo, de acuerdo a su delimitación, se encuentra en una cota en torno a los 3.100 metros sobre el nivel del mar (msnm), el punto más cercano de la mina del proyecto de Soto Norte tiene una altitud máxima de 2.640 y la planta de procesamiento está ubicada a 2.200 msnm”.
Además, prohibir el uso de mercurio o cianuro en nuestra operación minera en Soto Norte, no afectar la cantidad y la calidad del agua que abastece al acueducto de Bucaramanga, fortalecer la minería tradicional en Soto Norte, con estándares de salud, seguridad y protección del ambiente y Construir de la mano de las autoridades y la comunidad de California y Soto Norte un polo de desarrollo para Santander.
El debate continúa en algunos sectores del país, pero el Gobierno augura un buen año para la industria minero energética, especialmente por el atractivo en inversión que existe en el panorama mundial.
