Debido a la temporada de lluvias que padece el país, enfermedades como el Zika, Dengue y Chikungunya afectan a la población colombiana, siendo estas patologías una amenaza para la salud de la comunidad, es por esto que el sector sanitario se prepara para atender las demás morbilidades respiratorias, atendiendo las medidas de prevención indicadas por el Instituto Nacional de Salud.
Adicionalmente, el virus de la influenza es otro de los cuadros médicos que más se ven afectados por la poca inmunización contra la influenza, la priorización que tuvo la vacuna del coronavirus y que es un padecimiento altamente contagioso, especialmente en la población infantil.
“En este momento las enfermedades agudas, estacionales, crónicas y mentales podrían ser las más comunes en Colombia, debido a distintas variables como la prioridad al COVID a nivel general, factores climáticos en el caso de las patologías estacionales, el deterioro de la salud mental en la población, especialmente después de haber atravesado una pandemia con altos índices de estrés, entre otros. Por otra parte, la bronquitis aguda, gripe, resfriado común, Zika, Dengue y Chikungunya podrían continuar cobrando fuerza” – afirma el médico y epidemiólogo de la FUCS, Guillermo Sánchez.
Paralelamente, el Doctor Sánchez agrega que existen patologías donde el tratamiento, atención y seguimiento son prioridad. Pues debido a la pandemia COVID-19 las personas dejaron en abandonó enfermedades crónicas no infecto-contagiosas, la hipertensión arterial y la diabetes. Lo anterior, por posibles barreras en la atención debido a la normatividad sanitaria vigente.
“Se ha identificado que los tratamientos para los cuadros crónicos, como el cáncer, la diabetes y las enfermedades mentales, tuvieron una gran dificultad para realizarse, en muchos casos las personas no podían salir de sus casas y los espacios no estaban adecuados para mantener la bioseguridad. Esto llevó a que algunas personas iniciaran sus tratamientos desde cero”.
Entendiendo esto, el epidemiólogo Sánchez brinda algunas recomendaciones no solo para mejorar las condiciones de salubridad, sino para evitar situaciones contractuales de bienestar. “Debemos incorporar un estilo de vida con hábitos de dieta y de ejercicio saludables, en los que también atendamos nuestra salud mental y bucal y, asistamos a controles de manera regular, esto con el fin de que nos ayuden a prevenir la enfermedad y a promover la salud, y si estamos en el marco de una afección, debemos adherirnos a los tratamientos para que el pronóstico de estas enfermedades sea el mejor posible”.
“Adicionalmente, para el Zika y el Dengue, la comunidad debería atender ciertos requerimientos para evitarlos como: utilizar repelentes en las áreas del cuerpo descubiertas, cambiar el agua de los bebederos de animales, tapar los recipientes que contengan agua, eliminar la basura acumulada en espacios de aire libre, entre otros. Teniendo en cuenta que estas virosis se generan normalmente en temporadas de lluvia y en climas cálidos”, aconseja Sánchez.
En conclusión, la pandemia, aunque no se ha superado del todo, se encuentra en otra fase, una fase de transición, puesto que se presenta mayor control y se cuenta con la capacidad de atender o retomar servicios que habían sido pausados o retirados. De hecho, la OPS (Organización Panamericana de Salud) asegura que enfermedades como: el cáncer, la hipertensión, la diabetes y el sarampión fueron las más afectadas, pues la prestación de atención primaria fue interrumpida parcial o totalmente en el 41 % de los países.