Tras advertir que está viendo una disminución de la inmunidad de su vacuna contra el coronavirus, Pfizer y su socio BioNTech anunciaron que están retomando los esfuerzos para desarrollar una dosis de refuerzo que protegería a las personas de las variantes como la Delta y la Lambda.
Las empresas dijeron que aunque creen que una tercera inyección de su vacuna actual de dos dosis tiene el potencial de preservar los «niveles más altos» de protección contra todas las variantes conocidas actualmente, incluida la delta, están «permaneciendo atentas» y desarrollando una versión actualizada de la vacuna.
«Como se ve en la evidencia del mundo real publicada por el Ministerio de Salud de Israel, la eficacia de la vacuna ha disminuido seis meses después de la vacunación, al mismo tiempo que la variante Delta se está convirtiendo en la variante dominante en el país», señalaron las compañías en un comunicado.
«Estos hallazgos son consistentes con un análisis en curso del estudio de fase 3 de las empresas», agregaron. «Es por eso que hemos dicho, y seguimos creyendo que es probable, según la totalidad de los datos que tenemos hasta la fecha, que se necesite una tercera dosis dentro de los 6 a 12 meses posteriores a la vacunación completa».
Los estudios clínicos podrían comenzar en agosto y están sujetos a las aprobaciones regulatorias, dijeron las compañías.
Sin embargo, en un movimiento inusual, dos de las principales agencias federales de Estados Unidos dijeron que los estadounidenses aún no necesitan refuerzos y que no depende únicamente de las empresas decidir cuándo podrían ser necesarios.
«Los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una vacuna de refuerzo en este momento», dijeron la FDA y el Centro para el Control de Enfermedades en un comunicado conjunto, horas después de que Pfizer emitiera el suyo.
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Sí, pero no…
Según los medios europeos, la variante Delta está haciendo que de nuevo se estén incrementando los contagios de forma exponencial en algunos países donde el porcentaje de vacunados es bastante amplio e incluso en algunos territorios donde la población vacunada es superior a la no vacunada.
Israel o Reino Unido, por poner dos ejemplos, están viendo cómo se han multiplicado los nuevos casos en las últimas semanas, incluso a pesar de contar con una gran parte de la población inmunizada.
De hecho, desde Israel el Ministerio de Sanidad ha llegado a asegurar que la efectividad de Pfizer, vacuna ampliamente utilizada en el país, contra la variante Delta ha disminuido pasando del 94,3% a un 64% contra la variante Delta.
Sin embargo, el jefe científico de Pfizer, Mikael Dolsten, ha salido al paso de las especulaciones y ha negado que la vacuna de su empresa pierda eficacia contra la variante Delta. De hecho, ha asegurado que la razón por la que los contagios hayan subido en las últimas semanas en Israel se debe a que la inmensa mayoría de la población recibió las dosis entre enero y febrero, por lo que los anticuerpos que genera el suero ya se habrían reducido.
Dolsten reconoce que la eficacia de su vacuna ha podido sufrir un desgaste, ya que el virus ha sufrido mutaciones, pero ha matizado que la efectividad de Pfizer para evitar las hospitalizaciones y los casos más graves provocadas por la variante india sí que se mantiene sobre el 93%.
La Organización Mundial de la Salud estima que Delta es aproximadamente un 55% más transmisible que alfa, la variante que se encontró por primera vez en el Reino Unido y que una vez dominó los EE. UU.
Si bien la evidencia actual muestra que la vacuna de Pfizer es altamente efectiva contra Delta para prevenir enfermedades graves y la muerte, es posible que no proteja tan bien contra enfermedades leves y la propagación de la enfermedad a otros, dicen los científicos.
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