Como ha ocurrido con la banca o con las telcos, viene una época de fusiones de universidades para poder mantenerse. Así lo predice Marguerite Dennis, consultora internacional en temas de educación, autora de varios libros sobre el tema, entre ellos “International Student Mobility and the New World Disorder”.
Lo interesante es que en 2005 en su libro “Diez tendencias en educación superior” había predicho varios de los hechos que en efecto vemos hoy.
En enero publicó un nuevo listado de predicciones en tendencias de educación para 2021 y los siguientes años, en los que aclara que si bien el Covid no es el responsable directo de todo lo que veremos en materia de educación superior, claramente si fue un acelerador para que todo esto ocurriera.
Los cambios que prevé se dan más en el ámbito administrativo que en los programas universitarios propiamente dichos.
Uno de los más sorprendentes es que así como ha ocurrido en otras industrias como la banca, el retail o las telecomunicaciones, se verá masivamente la fusión o la integración de varias universidades y colegios incluso con instituciones internacionales para poder enfrentarse al nuevo entorno poscovid. Muchas universidades y colegios desaparecerán en este entorno.
Los problemas geopolíticos entre Estados Unidos y China continuarán y afectará la inscripción de estudiantes internacionales, lo que hará que la movilidad de extranjeros se vuelva más localizada en su propia región.
Las pruebas de resultados de Covid19 así como la vacunación, harán parte de los pasaportes de salud digital con el que ahora tendrán que viajar los estudiantes y profesores de un sitio a otro para demostrar su estatus y poder hacer parte de un curso o de un grupo e ingresar los campus o a algún encuentro académico.
Los protocolos de salud y bioseguridad serán ahora determinantes al momento de inscribirse o de elegir una universidad o un colegio.
Como los períodos escolares o de verano, otoño y primavera tienden a desdibujarse, los estudiantes asistirán a clase durante todo el año pero con una modalidad de alternancia entre presencial y virtual.
De esa forma, el inicio de clases no será esquemático con un calendario escolar rígido sino que se hará en cualquier momento del año, y las notificaciones de admisión serán tan pronto como el alumno termine su proceso de inscripción, igual en febrero que en noviembre o mayo.
Las empresas entrarán a formar parte más activa en la vida académica y se espera que cada vez más las inscripciones de universidades vengan de programas de certificación y entrenamiento a corto plazo pagados por empresas.
Aumentarán las inscripciones para los certificados de carrera de Google, Microsoft y otras bigTech.
La visión estratégica será determinante. Las escuelas de negocios contratarán directores con formación en innovación para que implementen planes de visión, y el comportamiento del consumidor se incorporará a todos los planes estratégicos de ahora en adelante.
Los estudiantes recibirán ahora una orientación vocacional que iniciará desde el colegio, es decir antes de la inscripción a la universidad, y se prolongará a lo largo de la carrera hasta la graduación.
Los encargados de hacer registros de matrículas hoara tendrán el estatus de consejeros de graduación y antes de que el alumno se matricule, hará un mapa de los cursos de varios años necesarios para la graduación.
Habrá una mayor claridad desde antes de la inscripción acerca de los costos y la financiación a lo largo de la carrera.
El reporte de calificaciones no se limitará a poner el nombre de la asignatura y la nota cuantitativa sino que se mencionan las competencias obtenidas en cada curso.
La experiencia en el mundo laboral será más usual que antes, y los estudiantes no se graduaran a menos de haber hecho una pasantía.
Los encuentros virtuales cada vez serán más comunes y harán parte de la interacción personal cotidiana. Las reuniones de reclutamiento, las reuniones de profesores y las charlas tomarán este lugar de videoconferencias virtuales.
Lo que predijo en 2005
Entre sus pronósticos de hace 16 años, estaba el hecho de que aumentaría la cantidad de proveedores de educación superior, y que estos a su vez serían más diversos.
Las escuelas de negocios trabajarán en adelante de la mano con las empresas para conocer de cerca lo que estas necesitaban.
Gracias a la tecnología se empezaría a ver en los siguientes años que los estudiantes tomarían clases desde casa y en cualquier horario, no solamente en el campus y en los horarios establecidos. Igualmente la tecnología permitiría la creación de universidades globales que no dependan de sus instalaciones físicas en su ciudad de origen.
Las mujeres, los adultos y las minorías serían quienes más se matriculen en los siguientes años.
A Estados Unidos llegan más estudiantes de Asia y menos de Europa, y al mismo tiempo los estudiantes internacionales empezarían a preferir otros destinos aparte de Estados Unidos, con lo que el país empezaría a competir con otros mercados.
Las universidades y los colegios tradicionales para poder competir con los institutos virtuales globales le darán mucha más importancia a los valores agregados extracurriculares como actividades e instalaciones deportivas, plazoletas de comidas y otros servicios que no tienen que ver con lo académico estrictamente.
Y lo que dijo hace 7 años
Más adelante en 2014, la misma autora hizo nuevas predicciones.
Entre ellas se destaca la idea de que sería la tecnología la mayor disruptora en la educación superior en los siguientes cinco años.
Y como el cuerpo estudiantil ahora será más diverso, estos exigirán cada vez más flexibilidad en el sistema educativo, lo que implica flexibilidad en la manera de acceder a las clases, en los valores de las matrículas y en el lugar donde se imparten las cátedras.
Los cursos abiertos en línea, o MOOC que toman los estudiantes en cualquier página del mundo que ofrezca cursos con certificados, tipo Coursera, así como los sistemas de bachillerato internacional, permitirán que ingresen a las universidades con homologación de créditos.
Estos cursos en línea además se intercambiarán entre las universidades, es decir que una institución adquirirá cursos de otra para complementarse.
En Estados Unidos los semestres se conocen como otoño y primavera, mientras tienen un período largo de vacaciones de verano entre junio y septiembre. Pues la consultora preveía que esto iba a cambiar y que los estudiantes exigirán cursos completos en verano para estudiar hasta tres semestres al año y terminar más rápido una carrera.
Así mismo sería común que los jóvenes tengan certificados académicos de más de un colegio y de más de una universidad.
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